Capítulo 38

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"Sabes que yo estaré. Tu vida, tu voz, tu razón de ser. Mi amor, mi corazón está respirando por este momento en el tiempo. Voy a encontrar las palabras para decir antes de que me dejes hoy"

Las primeras semanas de otoño pasaron demasiado rápido. Hacía ya un mes que William y yo compartíamos el armario, que vivíamos juntos y me sorprendió descubrir lo responsable que es con su trabajo en el gimnasio y lo ordenado que es con sus cosas.

Aún así, estaba parada frente a la habitación, observando el desorden. Tenía que limpiar, porque si hay algo que William o Trevor no hacen, es limpiar. Ellos se encuentran en e gimnasio ahora mismo, porque también trabajan los sábados por la mañana, así que todo este departamento sucio está solo para mi.

Tomo mi teléfono y mis auriculares y decido comenzar por lo más grande; la sala de estar. Tomo un balde con líquido de limpieza y blanqueador y lo vierto allí junto con el agua y comienzo a limpiar los pisos de todo el departamento. Luego voy con un trapo y lustrador de madera para los muebles y después de eso, ordeno nuestra habitación y limpio el baño Ellos nunca bajan la tapa!

La mañana pasa lenta y cuando llega el mediodía y la hora de almorzar, Trev y Will entran riendo con la pizza que les encargué en la mano. No iba a cocinar después de tanto trabajo. Ellos me sonríen y miran a su al rededor.

- Me encanta tener una primita que sepa limpiar. - Trev bromea y ruedo los ojos, todavía tirada en el sofá.

- Muy gracioso, pero la limpieza del mes siguiente les toca a ustedes. - Los señalo y ellos se escabullen a la cocina. Yo dejo caer mi cabeza y me retuerzo porque mi cintura duele demasiado.

- Grace. - Will aparece frente a mi con un plato con dos porciones de pizza y un vaso de gaseosa. Los deja sobre la mesa de la sala y se sienta a mi lado - Hola. - Su voz baja suena en mi oído cuando besa mi oreja y la muerde.

- Hola. - Volteo para abrazarlo fuerte y me subo a sus piernas - Te extrañe, fue una larga mañana. - Le digo, acurrucada en su pecho, él besa mi cabello y asiente.

- También te extrañé, nena ¿Todavía te sientes mal? - Will alza mi mentón para que lo vea y asiento. Él frunce el ceño - Deberías ir al médico, Grace.

- Es solo dolor de estómago, de seguro fueron las comidas de Caroline de la semana pasada. - Suelto una pequeña risita y él hace una mueca - Pero me siento mejor hoy. - Lo tranquilizo.

- Bien, entonces come un pedazo de pizza, vamos, no has probado bocado desde ayer. - Me reta. Dios, es tan autoritario.

Yo tomo el plato con la pizza y le doy un trozo para él y otro para mi. William lo devora en segundos y me inclino para tomar un poco de gaseosa. Mi estómago empieza a retorcerse, otra vez. Maldición. Hago una mueca y suspiro.

- Deberías ir al médico, tal vez hay algo que puedas tomar o comer para que no te duela. - Will rodea mi rostro con sus manos y me besa.

- Voy a ir mañana.

- Te llevo, hoy. - Él me mira seriamente y se que no puedo discutir.

- Bien. - Suspiro. No me gusta ir al médico.

****

- Creo que voy a vender la Triumph. - Will juega con su teléfono acostado en la cama mientras termino de vestirme, con una toalla en mi cabello.

- ¿Por qué razón? - Volteo a mirarlo y él suspira.

- Voy a devolver el dinero a mis padres y a Gemma. Quiero terminar con eso. - Su ánimo ha bajado y él tirne mala cara.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora