"El secreto está a salvo conmigo.No hay un tiempo o lugar concreto porque cualquiera nos podría ver. Déjame hacer esto de cualquier forma"
Un sonido hace que abra mis ojos de inmediato y William se remueve detrás de mi cuerpo. Su teléfono está vibrando en la mesa de noche junto a las llaves de la Triumph. Él gruñe una maldición y toma la llamada, sentándose en la cama. Yo volteo a verlo y me acomodo en mi lugar otra vez cuando habla.
- Olly. No, no quiero. - Él da un largo suspiro - Oh, vamos, son las tres de la mañana ¿Estás ebria? - Él ríe y frunzo el ceño - Pues, no quiero y punto, no seas una idiota. - Le dice - Ahora vuelve donde estabas, estoy malditamente durmiendo. - William estrella el teléfono en la mesa y siento su cuerpo tras el mío otra vez - ¿Estas despierta? Lo siento, olvidé ponerlo en silencio. - Él susurra y el contraste entre su duro tono de voz por el teléfono y el suave tono en que susurra en mi cuello es notoriamente visible, yo volteo para verlo.
No puedo evitar sentir una pequeña molestia con esta llamada. Olly llamó en medio de la noche, y estoy segura que no era para jugar al póker. Sin embargo, él se negó a cualquier cosa que ella haya pedido. Yo le sonrío y él pone un beso en mi mejilla.
- ¿Cuándo vuelve tu madre?
- Cinco. - Le informo con voz ronca y dormida. Me asombro de que no me importe que me vea así de desalineada.
- Son las tres ¿Quieres que me vaya o me quedo hasta las cinco? - William habla en voz baja y me temo que su respiración hace cosquillas en mi cuello. Sus manos envuelven mi cuerpo y hablo de inmediato.
- Quédate y yo te despierto cuando sea la hora. - Le susurro.
- Genial. - Él besa mi cuello y sonrío.
- William...
- ¿Qué? - Su voz se eleva y descubro que estoy verdaderamente despierta. Mi estómago se aprieta cuando él me abraza más fuerte - ¿No puedo abrazarte? Soy tu mejor amigo. - Él dice con inocensia.
- Cabrón. - Río en voz baja y él se ríe, también. Yo escabullo mi mano bajo mi almohada para tomar el teléfono y colocar la alarma a las cuatro treinta - ¿William?
- ¿Mmm?
- ¿Estás dormido?
- De pende ¿Qué quieres? - Él sonríe en mi cuello y pongo los ojos en blanco, sabiendo exáctamente qué está pensando.
- Quería decirte que me alegra que sepas la verdad y que no me juzgues por ello. - Le digo tímidamente con los ojos cerrados.
- No soy nada para juzgarte por tu vida, Grace. - Él suspira - Tu secreto está a salvo conmigo.
- Gracias. - Yo me acomodo en mi lugar y trato de volver a dormir, sintiendo la extraña tranquilidad de tenerlo junto a mi.
El sonido de la alarma me despierta y abro los ojos, la calides del sol entre las cortinas llama mi atención y cuando volteo en busca de William, él no está a mi lado. Yo me recuesto donde él ha estado y noto que las sábanas se han impregnado se su aroma. Cuando me muevo para ponerme de pie, un pequeño papelito se descubre bajo la almohada que él usó.
"Fué la mejor noche de mi vida, William"
Sus palabras escritas a puño y letra me hacen reír. Estoy segura de que tuvo muchísimas mejores noches que la que compartimos, pero no yo. Fué la primera vez que dormí con alguien en mi cama, la primera vez que unas fuertes y grandes manos me sostuvieron la noche entera. La forma en que sus pequeños ronquidos me hacían sonreír y cómo su respiración me daba cosquillas en mi cuello. No tengo idea de dónde vino aquella valentía, no tengo idea de cómo terminé pidiéndole que me acompañara. Pero lo hice y no estoy arrepentida, William no intentó sobrepasarse conmigo a pesar de que estuvimos a situaciones límites y eso me gusta. Saber que puedo contar con él, que me entiende y que puedo confiar.
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Inducción |h.s
Fanfiction"Él era lo que toda chica deseaba, y ella era lo que todo chico destrozado necesitaba" Autora: Camila.B.R