Capítulo 1

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"Ven como eres, como eras, como quiero que seas"

Estoy oficialmente obligada a acompañar a mi mejor amiga una fiesta a la cual oficialmente no quiero ir.

Ella ha estado insistiendo durante la última semana y sé que será terrible ir, habrá estudiantes por todos lados, y lo peor de todo es que tendré que tolerar a chicos ebrios la noche entera. No es lo que tenía planeado para este fin de semana; lo que tenía planeado era encerrarme en mi habitación para ver la Saga de El Señor de los Anillos completa.

Es lo que realmente quiero, pero Caroline me ha estado llamando cada cinco segundos, cerciorándose de que no he olvidado la fiesta de mi primo en su casa.

No lo he olvidado, ni por un minuto.

—Está bien que salgas, Grace —Mi mamá me anima con una mano en mi hombro y suspiro.

A ella siempre le ha caído bien Caroline, lo que no sabe es que su preciada Caroline se convierte en un mounstruo de seducción cuando mi primo está a su al rededor. Ella lleva acechándolo hace días desde que él viene a casa a ver a mi hermano.

—¿Tú, vas a salir? —Elliot me mira desde su posición, sentado sobre la encimera de la cocina y habla con la boca llena de rosquillas. Yo asiento y él ríe —Será una fiesta completamente aburrida, entonces —Bromea.

Pongo los ojos en blanco antes de subir las escaleras, prácticamente arrastrando mis pies para retrasar lo imposible.

—¡Recuerda ponerte un lindo vestido, pero no tan corto, Grace! —Mamá me grita y arrugo la nariz.

Si de algo estoy segura es de que no voy a ponerme un maldito vestido.

A mi familia le parece imposible que salga, especialmente a una fiesta de mi primo. Tiene cierta reputación en estas cosas, es conocido por hacer las mejores fiestas del vecindario y no puedo creer que esté entrando a bañarme para asistir a una de ellas.

Por el amor de Dios, cuando teníamos quince años de edad le juré que no iría a una de esas cosas, y estoy haciéndolo ahora, solo por Caroline.

Cuando salgo de ducharme, opto por ponerme mis vaqueros azules claros más ajustados y una remera de color negra con el cuello bajo. Es lo mejor que puedo hacer con lo que tengo en el armario y con las ganas que tengo de vestirme. Cuando termino me pongo un par de bailarinas en mis pies y corro a ver la hora.

Tengo solo quince minutos para arreglar mi cabello y el timbre suena justo en ese instante. Las voces de Caroline y mi madre inundan el piso inferior y corro a secar mi cabello, sabiendo que Carol va a maldecirme si no estoy lista a tiempo, ella no quiere perderse un segundo, me lo dejó bastante claro por teléfono hace unas horas.

—¡Gracy! —Abre la puerta de mi cuarto de baño de par en par y me sobresalto.

Su mirada cae a mi cuerpo. Se que ella no está feliz, pero no puedo, en verdad, hacer nada más que esto. Nunca he sido amante de la moda, mi madre no lo es tampoco.

—Dime que todavía tienes que vestirte —Sus ojos negros me ruegan y agito la cabeza, ocasionando que ella suspire por la nariz con fuerza .—No es que esté menospreciando tu estilo, pero en verdad deberías cambiar de apariencia si quieres conseguir a alguien hoy.

Sus palabras son interrumpidas por el ruido del secador de cabello y niego con la cabeza. Mi plan no es encontrar a "alguien" hoy, ese es el suyo y yo soy una pieza más de su plan para embaucar a mi primo. Cuando termino de secarlo, ella suspira aliviada y le sonrío.

—Vamos a llegar tarde, pide el taxi —Instruyo.

Finalmente Carol se da por vencida y corre hacia la habitación para llamar a la empresa de taxis más cercana.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora