Capítulo 36

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"Una vez en la vida. Está bien, siempre estamos a salvo. Ni siquiera los chicos malos en la noche oscura pueden llevárselo todo"

William recuesta su cabeza en mi hombro y se aferra con las manos envueltas al rededor de mi estómago y sus piernas largas sobre las mías. Es el primer día que siento el frío que anuncia la llegada del otoño mañana. Bueno, hoy en realidad.

Paso mis dedos por su cabello mojado y cierro los ojos por un momento. La paz duró poco. Cuando vuelvo a abrirlos, él está mirando la pequeña gaza en mi cuello con el ceño fruncido y sus ojos todavía están rojos por el llanto. Mi corazón se encoje y me imagino al pequeño niño de ojos verdes y cabello castaño llorando por su madre.

- Estoy bien, no me duele. - Lo tranquilizo. Will suspira y cierra los ojos.

- No medí las consecuencias. - Murmura pareciendo retarse así mismo - Podría haber ido contra cualquiera, Trev o Carol, también. Pero contigo...

- ¿Vas a decirme qué ocurrió? - Bajo la vista a verlo y él asiente.

- Louis había empezado a investigar a Rick tiempo antes de que me apuñalaran. - Dice, y el recuerdo viene a mi mente - El padre de Louis es el jefe de seguridad, descubrieron que Rick estaba sucio, desvalijaron uno de sus galpones, se llevaron toda la droga. El puñal que me dió fue una advertencia para Louis. - Will acaricia con sus ásperas manos mi estómago bajo las sábanas. Droga, así que todo se trata de eso.

- ¿Y por qué no paró? Podrías haber muerto esa noche, William. - Frunzo el ceño.

- Lo se. Pero cuando me apuñaló quise cobrar venganza y luego de eso, tu y yo nos... distanciamos. - Él me mira. Habla de esa semana que estuvimos separados. De el día en que me contó sobre sus verdaderos padres - Comencé a averiguar cosas con Louis en mi tiempo libre, me mantenía ocupado, trabajamos duro hasta que conseguimos las pruebas, él tenía varios galpones donde se preparaba la droga y otros donde se vendía, conseguimos las direcciones y entonces atraparon a Rick y fue a prisión hace unos días.

- ¿Y todo este tiempo estuviste tras las pistas de Rick y no me lo dijiste? - Alzo la voz. Increíble. Más secretos.

- Lo siento, yo no quería involucrarte, pensé que una vez en prisión cumpliría la condena y estaríamos en paz, pero alguien pagó la puta fianza. - Will murmura entre dientes y me siento en la cama. Él me mira atento, buscando algún indicio de mi estado de humor.

- ¿Cuánto dinero tuviste que darle?

- Bastante. - Él hace una mueca y ruedo los ojos - Unos cien mil. - Suelta y abro los ojos.

- ¿Cien mi dólares? ¿Tenías ese dinero? - Lo miro atónita. Dios mio.

- Si. Es lo que junté en varios años, con el trabajo en el taller y las peleas. - Will se acuesta nuevamente y lo miro.

- ¿Es el dinero que juntabas para tus padres y Gemma? - Pregunto y él asiente - ¿Cuánto tenías que darles?

- Veinte a Gemma, por sus estudios y cuarenta a mis padres, las fianzas en Londres son costosas. - Will se encoje de hombros y me recuesto a su lado, mirando el techo. El ventilador gira despacio sobre nosotros. Doy un largo suspiro y tomo sus manos poniéndolas en mi estómago. No puedo distinguir cómo me siento. No estoy molesta, pero tampoco alegre. Preocupada y aliviada, por verlo a mi lado, no sano, pero si a salvo.

- Podemos juntarlo otra vez. - Susurro.

- Si, las peleas en Wayne tienen más apuestas, puedo juntarlo en un año. - Will se pone de costado para mirarme.

- Puedo ayudarte a juntar más si busco un trabajo a medio tiempo. - Ofrezco y él sonríe y acaricia mi mejilla.

- No, puedo hacerlo solo, nena. Pero gracias. - Él me da un beso en los labios.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora