Capítulo 8

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"Y que esta noche te llamaré después de que mi sangre se esté ahogando en alcohol no, solo quiero abrazarte"

Siento un profundo dolor de cabeza cuando intento moverme del lugar en el que estoy. Todavía no abro mis ojos, porque sé que dolerá. Puedo notar lo cómoda que estoy, sin embargo, sé que no es mi cama y eso es lo que me hace sobresaltar. Abro mis ojos de par en par, sin moverme del lugar y entonces una habitación desconocida me envuelve. Parpadeo sin moverme y busco algún indicio en mi mente, algo que me recuerde a cómo es que llegué aquí. Destellos de varios chupitos de Tequila y cabello rojo vienen a mi mente.

"Soy de Inglaterra"

La voz de William se repite y de repente comienzo a comprender mejor, recordando un viaje en coche hasta aquí, recordando el momento exacto en que William tomó de mi mano y no la dejó ir. Los recuerdos se cortan allí y lo que sigue es esto, yo despertando en esta habitación. No tengo idea de dónde es que está Caroline o de si mi madre está llamando a la policía porque no aparecí a tiempo. Cuando intento salir de la cama, todavía tengo el vestido y la chaqueta de William puesta y alzo mi vista al sonido de la puerta abriéndose, entonces él entra con un vaso de jugo en su mano. Su rostro está en un ceño fruncido y su boca en una línea recta. Recuerdos de querer vomitar llegan a mi y me siento avergonzada de inmediato, no recuerdo si lo hice o no.

-Hey. -William avanza y se sienta a mi lado, tendiéndome el vaso de jugo de naranja -¿Cómo estás? -Pregunta, en voz baja.

-Bien, gracias. -Miro a la habitación. No estoy segura de si es suya o de alguien más, porque las paredes blancas están intactas, sin ningún adorno, un armario de madera pintado de negro ocupa la pared contraria a la cama de dos plazas en donde estamos sentados. Luego de mi observación, lo miro a él -¿Qué hora es? -Entro en pánico en solo un segundo, poniéndome de pie y visualizando el rostro molesto de mi madre.

-Son las dos de la mañana. -Él informa, viendo la pantalla de su teléfono.

-Oh, Dios mio. Mi madre va a matarme, tengo que ir a casa, tenía que estar allí a las dos. -Mi voz se corta como recuerdo la noche anterior y las lágrimas comienzan a salir. No sé por qué estoy llorando, simplemente una presión en mi pecho me hace hacerlo, incluso frente a William, quien se pone de pie a mi lado y alza sus manos hasta mi rostro, acunándolo entre ellas.

-Caroline llamó a tu madre, le dijo que estábamos teniendo problemas con el tráfico al volver, aceptó que llegaras hasta las tres. -Él dice calmadamente y me tranquilizo un poco, destensando mis hombros. Asiento a medida en que respiro lentamente.

-¿Caroline sabe que estoy aquí? -Abro mis ojos un poco y los dos nos sentamos a la orilla de la cama. William hunde el colchón a mi lado y tira su cuerpo hacia atrás, él no dice nada, solo asiente. Yo lo miro y luego corro la vista de inmediato. Ya no lleva el trapo en la cabeza y está descalzo.

-¿Por qué lloras? -Él abre los ojos y me mira, todavía recostado. Yo comienzo a jugar con mis dedos, buscando una respuesta válida ¿Qué puedo decir?

-Supongo que porque estaba ebria. -Me encojo de hombros y él se sienta a mi lado nuevamente. Sus ojos verdes se encuentran con los míos y me es más difícil mirarlo.

-Ahora no estás ebria y acabas de llorar. -Evalúa. Yo vuelvo a alzar los hombros porque no sé qué escusa dar, ni siquiera se yo misma por qué lloro, a veces -¿Es por tu madre? -William pregunta, esta vez corriendo la vista, como si supiera que su intensa su intensa mirada me incomoda.

-Tal vez, no lo sé. -Soy consciente de que estoy siendo cerrada con él, pero prefiero no hablar de mi familia.

Un golpe en la puerta nos sobresalta a ambos y William pone los ojos. La puerta se abre lentamente y una chica alta queda a la vista, lo primero que puedo observar son sus ojos verdes intensos, idénticos a los de William. Ella tiene el cabello rubio, y pequeños mechones celestes en la capa de abajo de su cabello, ella expande una gran sonrisa y sus hoyuelos se me hacen familiares.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora