Capítulo 3

12.5K 474 60
                                    


"La pintura salpicó lágrimas en mi camiseta, te dije que las dejaría marchar y que pelearé por mi esquina"

Mi madre me despierta sacudiendo mi hombro y abro los ojos momentáneamente para volver a cerrarlos. Cuando veo el reloj en mi pequeña mesa de noche me doy cuenta de que después de llegar a casa, he dormido toda la tarde y la noche y ahora tengo que levantarme para ir a la preparatoria.

Generalmente me despierto rápido y me cambio, pero ahora no quiero siquiera moverme, tengo sueño y mi cabeza todavía no se ha recuperado de la ruidosa fiesta del sábado a la noche.

—Vamos, Grace —Mamá me da una pequeña palmada en mi hombro y gruño en voz baja —. El desayuno está en la mesa, Caroline va a estar aquí pronto —Ella sale de la habitación y cierra la puerta.

Caroline siempre pasa por mi antes de ir al colegio en autobús, así que antes de que ella esté aquí gritándome que me apresure, salto de la cama. Bajo hacia la cocina por las escaleras, el aroma al café recién echo logra despertarme un poco más y cuando entro a la habitación, mi hermano está con la cara aplastada en la mesa del desayuno, con la taza del humeante café al lado.

—Hola, cucaracha —Voltea a verme.

—Hola, idiota —Le sonrío. Mamá me regaña por usar ese apodo con él, diciendo que somos hermanos y que nos tenemos el uno al otro y que no debemos tratarnos de mala manera.

Sermón de mañana.

Como y tomo el desayuno rápidamente, entrando a la ducha y lavándome los restos del fin de semana. Esto es lo más lejos que he estado sin bañarme.

No me arrepiento de haber ido a casa de Trevor, además, estoy feliz de haber ido, porque Carol pudo conocerse aún más con él y yo...

Bueno, yo solo estuve allí.

Cuando termino de darme una rápida ducha, enrosco mi cuerpo en una toalla y seco mi cabello castaño, dejándolo al natural. Las ondas de mi cabello son incontrolables y hace años que ya no intento domarlas, porque nunca lo consigo. Al terminar de acomodarlo, me dirijo hacia el armario y me sobresalto cuando veo a Caroline despatarrada sobre la cama, casi muerta.

—¿Car? —La muevo y ella abre los ojos.

—Hola, Gracy —Murmura y vuelve a cerrar los ojos —¿Es posible que todavía tenga sueño?

—Supongo —Alzo los hombros —, no estamos acostumbradas a la vida nocturna —. Una pequeña sonrisa escapa de sus labios cuando digo eso y sacudo la cabeza sabiendo lo que está pensando.

—Pero podemos acostumbrarnos ¿Verdad? —Ella levanta su cuerpo y se sienta mientras busco un par de vaqueros y una remera lisa de color morado.

—Solo un poco —Le advierto. Carol asiente.

Me escabullo al cuarto de baño para ponerme la ropa interior. Ella aparece en la puerta cuando estoy colocándome la remera y me mira.

—¿No vas a hablarme de William, verdad? —Su voz es baja y seria. Frunzo el ceño ante el cambio repentino de tema.

No hay nada que decir.

—¿William? —Pretendo estar concentrada en el espejo, mientras hago una cola de caballo y pongo los mechones tras de mi oreja. Caroline rueda los ojos y las dos salimos del baño hacia la habitación —¿Hiciste el trabajo de Historia, verdad?  —Intento cambiar de tema nuevamente, porque en realidad no quiero hablar sobre el chico.

Lo único que es es que estoy extremadamente confundida desde que lo conocí, mis ideales han cambiado un poco por su culpa. Y no quiero cambiarlos.

Inducción |h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora