David me miraba anonadado. No se creía en lo más mínimo todo lo que acababa de soltarte, normal, había retenido mucha información y ahora la estaba soltando toda de golpe, no me esperaba una reacción muy diferente.—A ver, creo que no te he entendido muy bien —se rasca la cabeza mientras me mira—. ¿Podrías volver a empezar desde el principio?
Dios, parecía yo cuando me explicaban algo de matemáticas o física y química.
Tremendo.
—No voy a explicártelo todo otra vez.
—¡Necesito que lo hagas! ¿No ves que no entendí?
—¿Que parte no entendiste? —cuestioné, cruzándome de brazos—. ¿La de que toda la monarquía está en peligro? ¿Que un hombre se ha suicidado tras contarme la verdad? ¿Que estamos frente a una mafia que ni siquiera sabíamos que existía?
—Eso último no lo sabemos, debemos de hablar con Sebastián, él es quien tiene más información que todos nosotros juntos.
—Sebastián va a retirarme del caso, David, sabes de sobra que ya lo he calentado bastante y ahora cundo se entere de que me han descubierto se pondrá peor. Tendré consecuencias y estoy de acuerdo en tenerlas, pero por favor, espera un poco para ello... Joel me importa y me gustaría llevar esto como algo personal.
Se queda en silencio durante unos segundos, no estaba dudando, él siempre era de hacer lo correcto sin importar quienes saldrían perjudicados. Sabía que iba a contárselo absolutamente todo y no me molestaba que así fuera, solo me molestaba no poder terminar yo con la misión que había empezado. No me parecía justo, ansiaba venganza por todo lo que le estaban haciendo a la monarquía.
No iba a defender la realeza porque sé que a lo largo de los tiempos ha hecho cosas malas, todas involucradas con el dinero. Al fin y al cabo no era más que un negocio. Pero tampoco veía justo que los matasen uno a uno hasta que no quedase ninguno. Nacer en una familia u otra no es decisión propia, así que técnicamente nadie tenía la culpa de la sangre que corría por su cuerpo.
Ni siquiera él. Que se había criado toda la vida entre lujos y oro, pero que parecía saber muy bien lo que tenía en casa. No por nada su prima se iría a tan temprana edad, ¿no? Algo había pasado, de eso estaba segura, pero tampoco quería indagar en el oscuro pasado de la familia real, lo que nos atormentaba ahora era el futuro que podría llegar a tener si no actuábamos con rapidez.
—Te has enamorado —soltó, no a forma de pregunta sino de afirmación. Una pequeña sonrisa surcó en sus labios y meneó su cabeza hacia ambos lados—. Oh, Antía, ¿tú enamorada? ¿Y de verdad? Me siento feliz de haber vivido esto a tu lado, pero si decides quedarte a amarlo va a traerte mucho problemas... Te culparán por complicidad, por no seguir las pautas marcadas en la misión y a saber por cuantas cosas más, ya sabes cómo es Sebastián.
—Lo sé —admití, pasando saliva por mi garganta.
Al poco tiempo de conocernos, cuando partía para mi primera misión, estaban juzgando a uno de los nuestros por algo similar. Había sido partícipe de varios robos junto a la chica que le tocaba investigar y terminó uniéndose a ella, tenían una bonita historia de amor que no le dejaron contar por completo. Fueron duros, le dijeron muchas cosas malas, e incluso emplearon el último recurso válido: la violencia; para que soltara todo lo que sabía con respecto a ella. Pero fue leal y no dijo ni una sola palabra. Salió de allí con sus propios pies pero al día siguiente no apareció por el trabajo, ni al siguiente, ni al otro... Se dio como desaparecido.
Spoiler: Lo habían matado.
Sebastián me lo había confesado hace pocos meses, que los traidores no terminaban bien y puso ejemplos como el suyo. Por eso sabía que tenía el trabajo complicado a partir de ahora, y más si tenemos en cuenta que al jefe ya no le caigo bien. Era lógico.
—Voy a arriesgarme —solté el aire que estaba conteniendo en mis pulmones para sentirme aliviada.
A David no le sorprendió mi respuesta, todo lo contrario, se la veía venir.
—Te apoyaré con eso, no lo dudes.
No sabía si debía de creerle o no, lo que si sabía es que con o sin su ayuda terminaría de la misma manera. La opinión de los demás nunca importó demasiado en nuestro trabajo. Allí importaban las pruebas, no las palabras.
—El amor es un sentimiento sincero que no merece ser juzgado —habló, tomándome por sorpresa—. Nadie elige de quien enamorarse, ya no hablo de físicamente sino de todo lo demás, no te fijas en sí es un rey, o si trabajas con él, o... —se detuvo, apretando ligeramente los labios—. Simplemente dejas que las emociones fluyan.
Hablaba por experiencia, tenía ese brillo en los ojos que parecía querer apagarse por todos los malos recuerdos que le traía la simple mención. No quería insistir ni mucho menos presionar, pero la necesidad de preguntárselo eran mayores.
—¿A ti también te ha pasado? —cuestioné, tomando su mano por encima de su regazo—. Lo de enamorarte de quien no debías.
—Si, también en una misión —admitió, mirándome a los ojos con pena—. A él terminaron matándolo frente a mis ojos y yo solo tuve que fingir que no me interesaba lo más mínimo, todo lo contrario, que me complacía verlo muerto.
—Santo Dios, ¿por qué no...?
—¿Por qué no hice nada para evitarlo? —tragó saliva de manera dura, su nuez se movió en su garganta con esa acción y mis ojos miraron la acción con curiosidad—. Porque si lo hacía el siguiente iba a ser yo. Vida por vida, primero la mía.
—Lo siento tanto...
—No, no lo sientas, fue lo correcto. No era una buena persona y no lo sería nunca, la gente no cambia como en las películas. En la vida real, si una persona va a la cárcel, cuando sale ya vuelve a hacer de las suyas —suspiró—. No había esperanzas, al menos no para él. Pero Joel es un buen tipo y con un futuro brillante como rey del país, tenemos que encargarnos de que siga así. Quien ama es quien más vela por la seguridad de su amado, por eso sé que moverás cielo y tierra solo para que te dejen seguir formando parte de esto.
Si no me dejaban hacerlo con ellos tenía muy claro que lo haría yo por mi propia cuenta, no estaba dispuesta a dejar la vida de alguien como él en manos de un personal cualquiera.
Ya me jodería decir que el FBI son unos cualquiera, pero teniendo a Sebastián como jefe iba a ser complicado que cooperasen.
Conocía bien a ese individuo, más de lo que me gustaría.
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Acceso al trono
Fiksi RemajaLa sospechosa muerte de la reina Isabel II deja al mundo con muchas dudas y a su nieto Joel con poca experiencia para saltar al trono. Antía Dagger, agente infiltrada del FBI, está en Reino Unido con una misión asignada y el británico para ella sól...