Cap 14- Respira

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Respira:

Xavier por fin pudo reaccionar, podía ver en sus ojos el deseo y en sus labios la sed que tenía de él. Sabía que para él sería fácil poseerla en ese momento, aceptaría estar con él sin dudarlo un segundo.

Ella no era la única que estaba sedienta, él de igual manera se sentía en un desierto, deshidratado y deseoso de probar sus labios una vez más, para poder saciar su sed de ella.

Agachó su cabeza y dio un tierno beso al pié, que aún sostenía en su mano. Volvió sus ojos a los de ella, está vez con una intensidad indescriptible. Se le asimilaba a una bestia salvaje en plena cacería, lista para devorar a su presa y ella no era más que una débil y frágil corderita, que estaba más que dispuesta a ser devorada por ese feroz animal.

La deseaba, la deseaba más de lo que alguna vez haya deseado a ninguna mujer o cualquier cosa en la vida. La deseaba más ahora que sabía que solo había sido suya, que era el único hombre que jamás había entrado en ella y eso lo obsesionaba.

Poniéndose de pie, recorrió con la yema de los dedos suavemente lo largo de su cuerpo. Lo hizo con tal lentitud que más que una caricia, era una tortura.

Ruby paró de respirar y estaba segura que su corazón ya no latía, lo peor es que él podía darse cuenta de ello, de eso no tenía duda y tampoco le importaba.

La respiración no era lo único que la delataba, también su piel lo hacía, erizándose por donde sus dedos rozaban.

Aunque hubiera querido disimular y actuar que no le afectaba su presencia, en ese momento le era imposible. !Por Dios no recordaba el simple acto de respirar, mucho menos actuar!

Sus dedos recorrieron sus muslos, sus caderas, cintura, la orilla de sus senos, acto que logró que sus pezones se endurecieran al instante. Los ojos de Xavier se posaron en ellos unos segundos admirando su belleza, !!Era una diosa!!. Quería tomarlos entre sus manos y acariciarlos, besarlos, su cuerpo le pedía a gritos que lo hiciera, un intenso dolor crecía entre sus piernas y necesito de todas su fuerzas para poder contenerse.

Ella no podía despegar sus ojos de los de él, la tenía hipnotizada, nunca antes había experimentado algo similar con nadie y creía enloquecer, si es que no lo había hecho ya.

Continuo su tortura hasta llegar a la garganta, abriendo la palma de su mano cubrió parte del cuello y nuca. Volvió a ver sus labios y no pudo evitar que se le hiciera agua la boca. Con su pulgar acarició lentamente el labio que acababa de lamer e imitó su acción lamiendo él el propio.

Era una escena tan provocativa y sensual, que jamás podrían olvidar ninguno de los dos. Volvió a verla a los ojos y acercando su boca a su oído habló con voz aterciopelada

- Respira- el rubor subió a sus mejillas y obedeció tomando grandes bocanada de aire. Su pecho subía y bajaba con dificultad, el oxígeno se sentía pesado y su respiración no lograba regularse.

Todas las sensaciones que causaba él en su cuerpo y mente eran como una energía eléctrica que irradiaba por cada poro de su piel, haciendo que sus entrañas se derritieran, quedando en un charco de deseo y placer. Creía no poder contenerse por mucho tiempo más, lo deseaba y quería que la tomara ahí, en ese baño.

Él por su parte no se aprovecharía de su estado, esperaría a esa mujer, así muriera de frustración sexual. Si algún día llegaba a suceder, sería con su consentimiento y estando en control de sus emociones

- Sabes que para mi sería lo más fácil del mundo tomarte aquí mismo, hacerte el amor y tú..tú.. accedería, porque lo deseas tanto como yo- el aire que salía de su boca acariciaba su oído con gran suavidad, que la hacía perder el equilibrio. Caería al suelo en cualquier momento si no paraba inmediatamente.

Tu amor es mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora