Cap 44-¡Nos estan atacando!

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Nos estan atacando:

!Nooo!- la voz de Natasha se escuchó retumbar, después del disparo.

Ruby abrió los ojos, con miedo de encontrar a Rudo muerto.

Sintió que el alma le volvía al cuerpo, al ver que solo tenía un pequeño rasguño en el hombro.

Sebastian estaba furioso, echaba chispas por los ojos.

Al parecer Natasha empujó la mano de su primo, al ver que estaba a punto de dispararle al amor de su vida.

- ¡Estúpida!- le gritó, a la vez que soltaba un fuerte golpe en su rostro.

Ella cayó al suelo tocándose la cara y gritó entre sollozos..

- ¡Tú me prometiste que no le harías daño!

- ¡Basta!

Una fuerte voz los hizo callar, la mirada de los cuatro voltearon a ver de quien provenía.

Era Rogelio Martinez, el otro compinche y cómplice de todo lo que ahí sucedía. En realidad, él junto al padre de Sebastian fueron quienes cometieron el fraude, por el cuál habían secuestrado a Ruby.

Caminó lentamente y se detuvo a una razonable distancia de ellos.

- ¡Son un par de imbéciles! Han dejado que sus sentimientos se interpongan en éste negocio- apuntó a Ruby con el arma que llevaba en sus manos -si lo que quieren es que todo se venga abajo- preparó el arma y volvió a apuntarle a la cabeza - ¿Porque no la matan mejor a ella?

El corazón de Rudo latía muy deprisa, sabía que ese desgraciado era capaz de la peor de las bajezas y por más que luchaba por zafarse de sus ataduras era imposible.

Sebastián por su parte le apuntó al tal Rogelio

- ¡No te atrevas o te mato!

El hombre bajó el arma y dio unos pasos acercándose a Sebastian.

- ¿No te das cuenta que este desgraciado y el escuincle son nuestro único boleto para obtener lo que buscamos?- volteó a ver a Ruby y después a Rudo. Sonrió y se dirigió una vez más a Sebastian - ¿La gringa sería capaz de dar su vida por este cabron? Por dios muchacho, no hay más ciego que el que no quiere ver, estos dos se aman..

- ¡No es verdad, ella me ama a mi!- la defendió

- Piensa lo que quieras, nada más mucho cuidado con echar a perder éste negocio- volteo a ver a Natasha - y tú no seas tonta, él nunca te ha amado, sólo has sido su juguete con el cual calmar su calentura. Después que ella apareció te siguió usando, pero solo para sacar información.

Rudo y Ruby se voltearon a ver fijamente a los ojos, querían decirse tantas cosas.

Era tormentoso para ambos ver como se encontraba el otro. El amor que se tenían era tan fuerte, que por protegerse uno al otro eran capaces de sufrir lo que fuese.

- ¿En dónde está el escuincle?- preguntó el hombre, sacándolos de sus pensamientos.

El corazón de Ruby comenzó a latir incontrolablemente. No por favor su hijo no, ella le daría todo, pero que no lastimarán a su hijo. Volteó a ver a Sebastian con la esperanza que no le dijera en donde se encontraba.

- En la casa con Pepe- respondió, a la vez que volteo a verla a ella. Vio el terror en sus ojos y se inclinó a su cara. -No te preocupes, no le pasara nada- sonrió al tiempo que le acariciaba la mejilla -claro, siempre y cuando no me estés engañando sobre tus sentimientos hacia éste cabrón.

- Manda que lo traigan- ordenó el señor Martinez.

- ¡No! Por favor Sebastian, te doy todo, dame los papeles y yo te cedo todo, pero por favor el niño no- suplicó entre sollozos.

Tu amor es mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora