Hacer el amor:
- Dijo que tú no eres el culpable de que yo esté aquí- su mirada era tan intensa que se intimidaba y no sabía si parar o continuar hablando. Lo mejor era hablar con la verdad, si era cierto y él era inocente de su secuestró le perdonaba lo que había hecho, porque según Sapo fue para protegerla
- Que todo lo que has hecho, incluso lo... de la otra vez..- bajó la vista al suelo. No quería verlo a los ojos, aunque lo hubiera hecho por protegerla, recordar aquella acción le dolía mucho - es porque me quieres proteger
Los dos guardaron silencio unos minutos, Rudo no sabía qué decir. ¿Que le podía decir? Sí, te viole para protegerte y porque me encantas. Por qué desde que te vi, te has convertido en una obsesión y no podría soportar que alguien más te tocara.
volvió su vista tímidamente a él y continuó más decidida.
- También dijo que me quieres ayudar a escapar.
- ¿Cómo sabes que no mintió? ¿Cómo puedes estar segura que es verdad lo que te dijo?- preguntó estudiando su reacción.
- Lo sé, tus ojos me lo dicen- respiró profundo antes de hablar - sé que al ayudarme a escapar tu vida corre peligro y... no quiero que lo hagas.
No pudo evitar sonreír, su corazón saltó de gusto. ¿Se preocupaba por él?. Aun después de lo que le hizo ¿Quería ayudarlo? ¿Quién era esta mujer? No cabía en su cabeza tanta belleza, tenía un corazón de oro. Pero si quería protegerla, debía convencerla que era mentira lo que le había dicho Sapo.
- Eres muy ingenua, crees muy fácil en la gente..
- Te equivocas- lo cortó -soy perceptible y sé reconocer cuando la gente es falsa, y tú no lo eres. Desde que abrí los ojos aquélla tarde que me trajeron, me transmitiste tranquilidad. Cuando pasó..aquello, me juré a mi misma que me vengaría de ti, pero me confundía ver el dolor en tus ojos. Ahora que sé la verdad, que sé que lo hiciste para protegerme, te lo agradezco
Cerró los ojos recordando y las lágrimas comenzaron a salir, sin poder contenerlas.
- Sólo de imaginarme a esos animales tocando... haciendo...- su respiración se empezó a agitar y él no pudo más, dando grandes pasos llegó a ella y la abrazó fuertemente. Acarició su pelo tratando de consolarla. Hubiera querido quitarle ese dolor, pero lo peor de todo era que fue él el que lo causó.
- Gracias por haberlo hecho tú- término con voz quebrada.
Él no podía proferir palabra, el escuchar lo que decía lograban hacer que su corazón se encogiera en su pecho.
¿Amor? No sabía exactamente qué era lo que sentía, pero era un sentimiento muy fuerte.
- Quiero llamarle a mi padre y pedirle que les dé lo que necesitan, no puedo permitir que por mi terquedad puedas perder tú vida.
Desde que ella había llegado, era lo que más deseaba, llamarle a su padre para que se la llevara, pero ahora todo había cambiado. Sus compinches habían dejado claro que en el último día la tendrían entre los tres.
El sapo no participaría, pero tampoco permitiría que los otros tampoco lo hicieran. La única manera de poder evitarlo, era ayudarle a escapar.
Sabía que si le ofrecía esa opción no aceptaría, ella no pondría su vida en peligro. Lo mejor era fingir, le haría creer que sí llamarían, pero lo alargaría lo más posible. Mientras tanto aceleraría los planes, para ayudarle a escapar.
Al principio creyó que sería fácil lograrlo, pero ahora que había investigado, se daba cuenta que eran muchas más personas involucradas de lo que él pensaba.
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Tu amor es mi redención
Roman d'amourBastó con una mirada, con una sonrisa, para darle su corazón y eso sería lo más normal del mundo, pero no cuando esos ojos se escudan detrás de un pasamontañas, no, cuando lo que su mano empuña es un arma y no una flor. Ruby, hija de uno de los mag...