¿En dónde está?:
¿Murió? !No! eso no era verdad !¡Ella lo sentía! Aunque fuera lejos, lo podía sentir.
- Ruby, cuando lo nombraste me di cuenta que era él, por eso no te dije nada. Estas mal y necesitas ponerte fuerte para tu bebé y una noticia así..- esas palabras en vez de tranquilizarla la encendían más. Sin poder controlarse se le abalanzó encima, dándole bofetada tras bofetada. Era imposible tranquilizarla, estaba completamente desquiciada.
- ¡Tranquilízate por favor! ¡Te puedes lastimar!
- ¡Callate! ¡Callate! No digas estupideces ¿Me acabas de decir que mataste a Rudo y ahora quieres que me tranquilize? Te dije...te pedí... que volvieras con papá ¿Por qué tuviste que ir a buscarme?¡Él estuviera vivo en este momento!
Estaba completamente fuera de control. Como pudo, Sean le agarró las manos y las detuvo con fuerzas.
- ¡Pero tú estarías muerta!- gritó en su cara. Lo observó unos segundo a los ojos, podía ver su dolor, sabía que él nunca la dejaría en peligró. Lo hizo por ayudarla a ella, no le importaba morir él mismo, siempre y cuando ella estuviera bien, siempre fue así y esa no sería la excepción.
Sin poder contenerse más lo abrazó con gran fuerza y lloró en su hombro. Sus padres sabían que él era el único que la podía controlar, su amor era más fuerte que cualquier lazo sanguíneo. Existía una conexión inexplicable e inquebrantable que solo ellos entendían.
- ¡Te odio!- dijo entré sollozos, pero sin aflojar el abrazo.
- Lo sé- respondió.
Él, al igual que ella, en ese momento lloraba. Era muy difícil que lo hiciera, pero podía sentir su sufrimiento y el saber que él fue el causante, lo quebraba.
- Me acabas de matar junto a él, mejor me hubieras dado ese balazo en la cabeza a mí. Hubiera sido mejor, a tener que vivir con éste dolor....Mi hijo crecerá sin su padre.
- Yo seré su padre, te juro seré el mejor del mundo..le daré mi nombré..
- Necesito ir a mi recámara- lo cortó.
Ni siquiera sabía el nombre de él y ahora su mejor amigo le ofrecía darle el nombre a su hijo.
Quería estar sola, llorar al amor, aunque fue muy corto el tiempo que disfruto a su lado, fue el mejor del mundo y viviría de ése recuerdo.
Lo amaba, lo amaba más de lo que llegó a imaginar. Se había convertido en parte de su existencia y aunque trataba de seguir adelante, no había día que no se preguntara una y otra vez lo inevitable ¿Porqué?
¿Porqué me duele tanto vivir sin él? ¿Porqué se tuvo que convertir en parte de mi ser? Apenas unos meses atrás no tenía idea de su existencia. Sin embargo ahora mi vida no tiene sentido si no estoy con él, si no respiro el aroma de su piel. ¿Por qué regresaste a la choza? ¿Porqué me tuviste que dejar?
La vida sigue su curso, la gente ríe, los niños juegan, pero para la persona que ha perdido al amor todo es monótono, sin sentido y duele vivir día a día con ése sentimiento de soledad.
El sol no calienta y su brillo no da felicidad, los días son grises, Incluso respirar se convierte en una acción difícil de ejecutar, el mismo oxígeno quema por dentro.
Así eran los días de Ruby, grises, fríos, su hijo era el único rayito de sol que se veía salir por el horizonte; ver crecer su barriga era lo único que la ayudaba a seguir adelante.
Su vida era un ir y venir, entre psiquiatras, escuela, doctores, etc.. tratando mantenerse lo más ocupada posible, para llegar a casa cansada. No quería pensar, recordar, aunque era imposible no hacerlo. No había noche que no recordara, que no mojara la almohada derramando lágrimas de dolor.
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Tu amor es mi redención
RomansaBastó con una mirada, con una sonrisa, para darle su corazón y eso sería lo más normal del mundo, pero no cuando esos ojos se escudan detrás de un pasamontañas, no, cuando lo que su mano empuña es un arma y no una flor. Ruby, hija de uno de los mag...