Cap 18- Mi sol

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Mi sol:

Quería levantarla entre sus brazos y protegerla como las espinas a la rosa y asegurarle que todo estaría bien, pero no podía, no frente a ellos.

En ese momento debía ser fuerte, aunque le doliera en el alma verla tan quebrada.

Pepe salió furioso del cuarto. Lo más importante al hacer esa llamada era la información con la que el viejo contaba y por la estupidez de su amigo la obtendrían hasta el final.

Debía tragarse su orgullo, Rudo debía seguir creyendo que él estaba a cargo de todo. Era de suma importancia que él viejo se moviera y arreglara los asuntos lo antes posible. Si no, no le quedaría de otra que encargarse él mismo de la gringa, aunque tuviera que acabar con su amigo.

- Acuéstate a descansar- dijo Rudo tratando de ponerla de pie, pero ella se jaló con gran rabia.

-¡No me toques!- dijo entre dientes. Aunque sabía que él la quería proteger, le dolía mucho todo lo que acababa de suceder. El creer que tenían a su amigo secuestrado por su culpa y que podía perder su vida, le había robado las fuerzas. Le había hecho más daño del que se imaginaba, además, debía fingir frente a Bicho.

- Me voy antes de que empiecen las mordidas- dijo Bicho y salió del cuarto riendo.

El Sapo se acercó a Ruby, le había cogido cariño y vio la necesidad que ella tenía de ser consolada. Con ternura la puso de pie y le acarició el pelo, después con su pulgar limpió sus lágrimas suavemente.

- Lo siento de verdad, me gustaría poderte evitar todo éste dolor.

Ella podía ver la sinceridad en sus ojos y sin poder más, se echó a llorar en su pecho.

Se sentía tan sola, tan desprotegida, que pedía a gritos la protección y cariño de alguien. Él la abrazó y dejó que se desahogara, sus brazos le darían un poco de la tranquilidad que necesitaba.

Hubiera querido que ese pecho fuera el de Rudo, pero no era así y el sapo también le daba confianza, así que se dejó consolar.

- Debes ser fuerte, te juro que te sacaremos de aquí- aseguró.

Más de una vez su amigo estuvo a punto de ir y arrebatársela de los brazos, pero no se sentía dignó de su confianza por la manera que la trató.

No pudo más y salió del cuarto, Pepe estaba parado junto a la ventana y al verlo salir se dio la vuelta, dándole la espalda.

- ¡Eres un imbécil! Ahora era la oportunidad de que el viejo nos diera esa información tan vital para ti- escupió furioso

- ¿Pareciera que el que tiene más interés en obtenerla eres tú?- lo cuestionó.

- Es el nombre de tu familia el que está en juego, si sale esa información a la luz, tu nombre quedará enlodado. Tú sabes muy bien como te aprecio y a tu madre..

- Se te agradece, pero sé lo que hago. Si lo presiono va a averiguar quienes son los involucrados en el fraude y puedo salir perdiendo. Ni siquiera yo mismo sé lo que hay en ese disco, ni en los papeles que tiene el viejo. ¿Entonces por qué arriesgarme? ¿Solo por querer las cosas a mi modo? ¿Por querer demostrar que él que manda aquí soy yo? No Pepe, mi apellido está en juego y no me voy a arriesgar

- Entiendo, disculpa, pero es que ya me cansó toda esta basura y pensé que entre más pronto consiguieras la información, más pronto terminamos con todo

- Te recuerdo que el obrero maestro de todo esto, como tú lo llamas, fuiste tú. Ahora te aguantas y no me metas en más líos. El viejo accedió a darnos lo que le pedimos, solo nos queda esperar un poco más.

Tu amor es mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora