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Los observo unos segundos. Eran verdaderamente hermosos, grandes y muy intensos. Le daban gran paz y la hacían sentir algo extraño que no sabía cómo descifrar. Se sentía protegida, tranquila, no había palabras que explicaran ese sentimiento.
Todo fue un sueño. Ella sabía que no podía haber sido real todo lo que sucedió; Solo debió ser una pesadilla.
Volvió a cerrar los ojos pensando que soñaba, imaginando que tal vez era un ángel protector creado por su imaginación. Un hermoso ángel que velaba sus sueños, que la protegería de sus pesadillas. Pero de ser así ¿Porque tenía su rostro cubierto por un pasamontañas? Su corazón se aceleró descontroladamente una vez más, al darse cuenta de la realidad.
¡No! no fue un sueño, la muerte de su amigo y de su chofer...y todo... ¡Fue real!
Abrió los ojos una vez más, tratando de reconocer su alrededor. Esperanzada que estuviera en casa descansando, pero no fue así, todo era desconocido para ella.
Volteo a ver una vez más esos hermosos ojos chocolate, esta vez llena de miedo y terror.
¡El secuestro fue real! Y el hombre sentado frente a ella contemplando su sueño no era un ángel, si no un demonio.
Él por su parte, cuando pudo ver esos profundos pozos azules lo deslumbraron. Sintió como su corazón saltó un latido automáticamente robándole el corazón.
La estuvo observando por un largo rato sin poder despegar la vista de ella ni un segundo.
Aun con la cara llena de moretones podía ver sus facciones perfectamente y era verdaderamente hermosa. No, hermosa era una palabra que se quedaba corta ante su belleza
!Era perfecta!.
Como pudo se levantó, impulsando su cuerpo con los pies hasta quedar sentada en la esquina de la cama. Abrazó sus temblorosas rodillas, llena de terror.
Sabía que la muerte sería lo mejor en ese momento, pero tenía claro que no sería tan fácil la salida. Ellos querían algo de ella y la tortura seria inminente, para conseguir lo que buscaban.
¿Ahora que pasaría? ¿Qué es lo que querían? Empezó a hiperventilar. Su corazón, sus manos temblaban incontrolablemente y no podía respirar. Él ángel no se movía, la observaba tranquilamente y en silencio.
Él se encontraba sentado en una silla frente a la cama, con las piernas flexionadas y los codos apoyados en sus rodillas. Sus manos entrelazadas, las cuales soltó y extendió a ella, al ver como se contorsiono su rostro de miedo.
El verla tan asustada logró que sintiera una gran necesidad de protegerla.
- No temas, no te voy a hacer daño- dijo con voz suave. No se levantó, ni hizo movimientos bruscos que la pudieran exaltar aún más.
Ella no lo volteó a ver, se tapó la cara con las manos, opacando los sollozos.
Levantándose de su silla caminó hacía ella con precisión. Se sentó a su lado y queriendo tranquilizarla un poco, posó su mano sobre la de ella.
El sentir su piel rozando la suya, causó que una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo y automáticamente se jaló. Esa sensación no la había sentido anteriormente con nadie y el sentirla por uno de sus raptores la asustó.
Él de igual manera sintió lo mismo, su corazón se aceleró descontroladamente queriéndose salir del pecho.
¿Qué es lo que pasaba? ¿Porque ésta mujer lo hacía sentir estas sensaciones?
Él no era un adolescente ni mucho menos, tenía gran experiencia cuando de mujeres se trataba, pero nunca antes había sentido una atracción tan intensa por nadie.
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Tu amor es mi redención
RomanceBastó con una mirada, con una sonrisa, para darle su corazón y eso sería lo más normal del mundo, pero no cuando esos ojos se escudan detrás de un pasamontañas, no, cuando lo que su mano empuña es un arma y no una flor. Ruby, hija de uno de los mag...