Cap 20 - Un dios

1.5K 126 7
                                    

Un dios:

Una vez que se hubo recuperado se acomodó en él, bajando lentamente. Sus cuerpos vibraban al sentir cómo la llenaba y sin poder evitarlo, sus gargantas emitían gemidos llenos de placer.

Él por su lado estaba feliz, después de haber andado con tanta mujer sentía que al fin había encontrado a alguien que lo complementaba. Lo que ésta mujer le causaba, nunca nadie lo había logrado.

Lo asustaba lo intenso de sus sentimientos, porque aun no sabía que sucedería en él futuro. No quería pensar en que tal vez no la volvería a ver una vez que regresara a casa de sus padres. Se había convertido en alguien esencial en su vida, en su corazón.

En ese momento tan lleno de pasión y lujuria, Ruby llevó sus manos al pasamontañas y lo arrancó instintivamente, necesitaba sentirlo. Enredó las manos en su peló y besó su cara una y otra vez, lo reconocía con sus labios, con sus manos.

El lugar en donde se encontraban estaba muy apartado de la ciudad y la luz se cortaba temprano, lo que permitía que pudieran sentirse completos, sin tener que esconderse.

Fue una noche salvaje, por primera vez dejaba salir esa bestia que llevaba en él. Siempre era tierno con ella, pero esa noche se dejó llevar por lo que sus cuerpos pedían y fue la mejor de todas las noches para ambos. A esas alturas su cuerpo ya se había adaptado perfectamente al de él y lo gozaba al máximo.

La noche de pasión terminó y los dos quedaron exhaustos, pero él no podía dormir. Se encontraba en una encrucijada ¿Que haría? Pepe sospechaba de sus sentimientos hacía Ruby y no podía permitir que la tocaran. Sabía que usaba a su prima para sacar información y lo más seguro es que esperaba que pasaran la noche juntos.

Parecía algo difícil de conseguir, después de haber estado con su sirena. No creía poder servir como hombre con ninguna otra mujer. Debía pensar bien en lo que haría y lo mejor sería complacer a Natasha, para que Pepe no dudara más ¿Pero podría hacerlo?.

Ruby despertó y vio su sombra parado en la ventana, su vista perdida en la oscuridad viendo la nada, se paró preocupada y fue a donde él. No habló, solo lo abrazó por la espalda, recargando su mejilla en él. Él al sentir su cuerpo caliente se dio la vuelta y enredó sus brazos en ella.

- Está haciendo frío, te vas a enfermar- dijo acurrucandola.

- ¿Te sucede algo?- preguntó consternada, le preocupaba verlo así.

- No, no te preocupes, todo está bien..

- ¿Hay algún problema con mi padre o con Pepe? porque si es así no quiero que te preocupes..

- Sirena no quiero que pienses en ellos, no pasa nada, yo te cuidare lo prometo. Ahora vamos a la cama o te vas a enfermar- se agacho y levantandola en brazos la llevó a dormir.

La mañana siguiente se despidió de ella con un beso y le prometió que iría a verla en cuanto pudiera.

Como era de esperarse todo ese día y noche no pudo dormir. Al mediodía Sapo entró al cuarto a ver como se encontraba y creyéndola dormida salió, dejando la puerta abierta. Pidió a Bicho que estuviera al tanto de ella, porque él iría a traer algo de comer.

Todo era silencio, hasta que sonó el teléfono de Bicho, el cual contestó poniéndolo en alta voz.

- Bueno- contestó casi a gritos.

- Bicho soy Natasha ¿Sabes en dónde está Pepe? Lo he tratado de localizar, pero no me contesta.

- Salió hace un rato, tenía que ver a alguien importante, yo le digo que lo buscas. Pero dime ¿Cómo te fue anoche con Rudo? Por fin quitaste tus dudas o todavía crees que está enamorado de la gringa- preguntó riendo.

Tu amor es mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora