Cap 45- Señora Altamirano

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Senora Altamirano:

Parecía que el reloj había detenido sus manecillas y el tiempo no seguía su curso. Todo se movía en cámara lenta para Ruby, estaba helada, congelada, inmóvil. Lo único que podía escuchar eran los fuertes latidos de su corazón.

!Lo estaba matando!

Rudo estaba sobre Sebastian, dándole su merecido, pero al recibir las dos puñaladas en el vientre, se desvaneció, cayéndole encima.

Sebastian se dio la vuelta, posicionándose sobre su oponente. Levantó la mano una vez más y clavó el puñal otra vez.

¡No podía permitir que continuara! Debía hacer algo.

No se podía quedar observando, como el amor de su vida estaba siendo apuñalado .

Volteó a ver a su amigo en busca de ayuda y vio que bajaba las escaleras corriendo de prisa. Su corazón se aceleró aún más, porque a la distancia que se encontraba, sería imposible que llegara a tiempo, para impedir que lo matara.

!Debía actuar ya!

Por el rabillo de su ojo vio el arma que le había tumbado a Sebastian, tirada en el suelo.

Con manos temblorosas la levantó y le apuntó a ese rubio que tanto daño le causó, pero al cuál también llegó a amar.

El miedo se apoderó de ella, no temía errar y lastimar a la persona equivocada, ya que era muy buena con las armas. El recordar cómo la trató cuando estuvieron juntos, la paralizó.

Sus sentimientos eran los que se interponían, eran un torbellino, llenos de confusión. Por más que dijera odiar a Sebastian, los recuerdos la embargaban. Quería acabar con él de eso no tenía duda, solo que en ese momento se sentía confundida.

- ¡Detente!- ordenó, pero Sebastian pareció no escucharla y siguió con su ataque.

No podía permitir que continuara.

¡Lo mataría si no hacía algo!

Debía dejar sus dudas a un lado y actuar.

La furia le subió a la cabeza, al ver que continuaba lastimándolo y la adrenalina comenzó a correr por su cuerpo a gran velocidad.

Justó cuando Sebastian levantó la mano para volver a atacar, Ruby actuó, jaló el gatillo, dándole dos disparos en el pecho.

Sebastian soltó la navaja y antes de caer al suelo, volteó a verla. Podía ver dolor y miedo en sus ojos, pero lo que más predominaba en ellos era odio.

No era un hombre tonto, siempre supo que amaba a Xavier, pero sabía que también sentía algo por él. El ver que no le importaba matarlo, con tal de defenderlo a él, lo destruía más que esa balas que yacían dentro de su ser.

Ella corrió desesperada con Rudo, el cual estaba suelto, flácido en ese frío piso.

¡No lo podía perder una vez más! si él fallecía, ella lo haría con él.

Su vientre estaba empapado de ese líquido rojo que corría por sus venas, haciendo que su corazón siguiera latiendo.

¡Se estaba desangrando!

Llevó sus manos al vientre y puso presión. Él sin poderlo evitar se quejó de dolor, pero fue tan débil que casi era inaudible.

Sentía cómo las fuerzas lo abandonaban poco a poco y una gran pesadez se apoderaba de sus ojos, no los podía mantener abiertos y sin poderlo evitar los cerró.

¡Lo estaba perdiendo!

- ¡No! no no no, por favor mi amor abre los ojos- suplicaba entre sollozos Ruby -Xavier mi amor por favor lu...lucha, no te dejes vencer, házlo por nuestro amor, por nuestro hijo. Tres años..estuvimos alejados... y.. Y ahora que todo está por terminar, que...por fin podemos estar juntos, no me puedes dejar- el estaba tan débil que parecía perdería el conocimiento en cualquier momento.

Tu amor es mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora