Capitulo 7: Ilusión

118 12 2
                                    

La boda estaba a la vuelta de la esquina y Mayte estaba en la prueba de su vestido junto a sus hermanas y madre, entre tanto vestidos que se probo finalmente había encontrado el indicado, aunque decidió mandarle hacer unos cuantos ajustes para que luciera perfecto, al finalizar fueron a checar demás cosas de la boda, Mayte llegó a su casa muerta y Manuel le dio un pequeño masaje en los hombros.

Mayte: Dentro de 2 semanas gordo seremos marido y mujer – sonrió.

Manuel: Lo se chaparra y seré el hombre más feliz – siguió con el masaje.

Mayte: Ven abrázame – lo miro y el se sentó para abrazarla.

Transcurrieron los días e Ilse no dejaba de tener esos pensamientos acerca sobre Mayte que la llevaba a tratarla un poco mejor, pero los celos son traicioneros y al verla como Manuel en unas cuantas ocasiones venía a recogerla, al día siguiente Ilse desquitaba esos celos Mayte llegando a humillarla en determinadas ocasiones, pero Mayte a pesar de que quería derramar lágrimas aguantaba y se animaba pensando en su boda.

Hubo una ocasión dónde Ilse la escucho llorar en el baño y no lo soporto, se adentro al baño y Mayte al verla quiso salir corriendo, pero Ilse la toma de la muñeca y Mayte cerro los ojos esperando lo peor, aunque al oír un leve sollozo la sorprendió y al ver a aquella mujer imponente y fría llorar la sorprendió, pero no dijo nada hasta que Ilse hablo.

Ilse: Perdóname no era mi intención tratarte así, pero odio el solo hecho de que tú puedas ser feliz haciendo lo que te gusta y yo ……… - se detuvo al ver que estaba hablando demás, así que solo salió del baño dejando a Mayte un poco confundida, pero pronto unió las piezas y decidió no armar un revuelo y dejo que siguiera en lo suyo.

Así fue todo hasta que solo faltaba un día para la boda y Manuel saldría con sus amigos a un pequeño bar y Mayte solo iría a una cena con Isabel, ambos se alistaron y cada uno fue a su destino, Mayte por su parte llegó al restaurante y ahí ya hacía Isabel esperándola, se acercó a la mesa y la abraza fuertemente ya que Isabel una semana después de la boda se iría a su viaje a España.

Mayte: Hermana un poco de aire no haría daño – rio.

Isabel: Así me pagas el amor que te doy – le dio un golpecito.

Mayte: No seas dramática y vamos a sentarnos – ambas se sentaron.

Isabel: Dime ¿Cómo estás? – pregunto con alegría.

Mayte: Muy feliz hermana – esbozo una enorme sonrisa.

Isabel: Dentro de poco serás la señora Mijares – aplaude entusiasmad.

Mayte: Lo se hermana mañana – alzó su mano y vio su anillo, Isabel alzó la mano llamando al mesero.

Isabel: Nos podría traer una botella de vino blanco – fue interrumpida.

Mayte: Vino Rosa – le hizo ojitos.

Isabel: Una botella de vino rosa por favor – acabo de decir.

Mesero: Claro y aquí les dejo las cartas – le entrego las cartas – con su permiso.

Ambas: Propio – dijeron al unísono.

Por otro lado estaban Ivonne e Ilse, Ilse estaba poniéndose una lencería que había comprado para esta ocasión, Ivonne solo la veía, cruzada de brazos y dando una negativa con la cabeza, Ilse se colocó encima un vestido muy hermoso, pero a su vez sensual y para finalizar un poco de maquillaje y perfume para complementar todo su conjunto.

Ivonne: ¿Qué ganas con esto? – pregunto desde la puerta.

Ilse: Que no se case y dejé de creerse doña perfecta – miro a Ivonne en el espejo que estaba utilizando para maquillarse.

Ivonne: Ilse ¿Por qué no eres honesta? y mejor dices que lo haces porque eres tan cobarde de que te niegas a ti misma que mueres de celos al ver a Mayte con Manuel – dijo sin revuelos.

Ilse: Porque no es verdad – volteo a verla – solo quiero bajarle esos aires de niña perfecta y bien portada, que hace que se crea mejor que una – se defendió.

Ivonne: Entonces empieza por quitarte tu esos aires y estás loca si crees que yo te voy a apoyar en esta estupidez – salió de la habitación para después salir de la casa.

Ilse: No yo no estoy enamorada de Mayte – se miro al espejo y se negó para si misma, pero cuando cerró los ojos sintió como el recuerdo de aquel beso llegaba a su mente – Te odio Mayte – aventó algo contra el espejo haciendo que este se rompiera, ella misma se veía reflejada en ese espejo roto, estaba destrozada emocionalmente y Mayte solo llego a empeorarlo, aunque Ilse pondría fin a esto o al menos así lo sentía.

Isabel y Mayte ya estaban por acabarse su cena y estaban pasando una velada maravillosa sumergidas entre tantos recuerdos y risas que le provocan estos, realmente Mayte no necesitaba de mucho para ser feliz y a pesar de que Ilse le amargaba en algunas ocasiones los días, Mayte sabía de cierta forma el coraje y frustración que tenía encima de ella por su familia y por eso no la juzgaba, además de que necesitaba seguir en ese trabajo para encontrar algo mejor.

Isabel: Te quiero mostrar toda mi colección que hice para la exposición – estaba bastante entusiasmada.

Mayte: Claro hermana yo llevaba diciéndote que quería verlos y tú me salías que hasta que estuvieran acabados – rodó los ojos.

Isabel: Claro porque después será nuestra pijamada como cuando éramos niñas recuerdas – tomo sus manos y Mayte asintió – que emoción – froto sus manos como niña pequeña, llegó el mesero con sus platillos y ambas mujeres agradecieron y comenzaron a comer, por otro lado Manuel estaba tomando unos tragos con sus amigos hasta que buscaron una compañía femenina, aunque claro Manuel solo los veía y se reía de ellos al menos hasta que una mujer rubia que el reconoció al instante y se sorprendió de verla ahí.

Manuel: Ilse ¿Qué haces aquí? – la miro de pies a cabeza.

Ilse: Nada Manueluchas solo vine a divertirme y te vi a lo lejos, así que vine a saludar – le dio un beso en la mejilla – dime estás feliz por tu boda – se sentó a su lado.

Manuel: Claro de verdad si te soy honesto Mayte es una mujer increíble y única – sonrió con ternura.

Ilse: Nunca supe que te gustarán las monjas – rio.

Manuel: Ilse ella es diferente y yo también ya cambié – dijo un poco molesto.

Ilse: Seguro – se sentó en sus piernas – dime ya no recuerdas las buenas noches que pasábamos en la universidad – le susurro en su oído y sin más Ilse le planta un beso al cual Manuel no puso oposición.

Continuará…………………

Con tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora