Ilse tras contarle a la señora Amparo sobre la inclusión de Ivonne esperaba ansiosa una respuesta sin lugar a dudas su mirada no le decía mucho pues era seria y tensa y comenzó a maldecirse en sus adentros, tal vez había puesto en riesgo su única oportunidad, luego de un silencio inquietante, pero la señora la mira con una sonrisa y la güera sintió un rayo esperanzador.
Amparo: Si Ilse está bien y solo condenada porque de principio queríamos un grupo de 4 chicas para competir con los que están de moda hoy en día, eso si estas 100% segura que tu amiga le sabe a esto de la cantada.
Ilse: Ay sí, es más yo meto las manos al fuego por ella, te juro que canta como un ángel – sonrió.
Amparo: Bien Ilse entonces ya quedamos, nos veremos el lunes a primera hora en el aeropuerto – se levantó de la mesa y de su bolso saco dinero dejándolo en la mesa – ten un excelente día.
Ilse: Igualmente señora y me saluda a Amparin.
Amparo: Claro que si – cada una tomo su rumbo e Ilse se fue con una enorme sonrisa pues ya tenía demasiada emoción en su interior por llegar con Mayte y contarle todo lo que harían, todo era un lecho de rosas para ella.
Mientras que Mayte se separó del agarre de Fernanda para evitar el beso, la morena suspiro frustrada, la castaña solo negó con la cabeza pues realmente no tenía nada que decir, estaba decepcionada de haber escuchado toda la historia, Fernanda en este momento estaba realmente confundida y no sabía lo que quería, amaba a Isabel, pero luego dice que solo la utilizo, que siempre amo a Mayte.
Mayte: Lo mejor ahora es que te vayas, creo que ya supe todo y solo te puedo decir que busques ayuda, tienes muchas dudas en tu cabeza, cuando estés mejor podrás darte cuenta que no estás enamorada de mí, solo es una obsesión, un capricho.
Fernanda: Si tan solo me dieras la oportunidad...
Mayte: Yo no te voy a dar nada, mejor deberías buscar ayuda, si ni tu misma sabes que quieres y porque nunca podrás entablar una relación, incluso si yo aun te quisiera tu no estas en condiciones de compartir tu vida con alguien más y no creo que...
Fernanda: Yo si se lo que quiero – tomo a la castaña fuertemente de las muñecas – y sabes perfectamente lo que quiero y lo quiero ahora - le robo un beso a la castaña y esta última intento separarse, sin embargo después de unos segundos perdida en sus pensamientos termino cediendo cerrando los ojos.
Fernanda retrocedió con ella en brazos hasta que chocaron con la puerta, cuando la rubia estaba por meter la llave indicada para abrir la puerta cuando escucho aquel choque para luego oír alaridos, una lagrima la traiciono pues se pensó lo peor hasta que escucho como Mayte entre susurros la mencionaba a ella, decidió no abrir y esperar que era lo que pasaba así podría escuchar el panorama completo, ya había intentado huir dos veces de Mayte por razones erróneas, pero hoy no.
Fernanda: ¿Cómo me llamaste? – menciono en tono herido.
Mayte: Ilse, yo solo la quiero a ella, esto fue error Fernanda y perdón si te estoy lastimando, pero siempre he sido muy clara contigo, yo estoy enamorada de ella a pesar de todo lo que paso entre nosotras, porque quieres que te diga una cosa – Fernanda la mira fijamente – ella fue la mujer de la que hui de México y a pesar de eso termine enamorada de ella con el tiempo porque en ese momento no solo sufría yo si no ella también, nos conocimos, cerramos ciclos juntas, nos curamos, lloramos y todo eso nos llevó a estar juntas, entiéndelo tu ya no formas parte de mi vida – dijo con calma, pero firme.
Fernanda: Ahora lo entiendo, pensé que con un beso podría tener esa esperanza, pero cuando me llamaste Ilse, supe que yo ya estaba fuera, de verdad perdóname por haber hecho lo que hice, por todo perdóname, me iré hoy mismo de regreso a España creo que ya nada tengo que hacer aquí – se secó las lágrimas y salió del departamento.
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Con tu amor
Roman d'amourCuando todos creen que tienes una vida perfecta no ven más hay de la fachada y esto lo sabía muy bien Mayte Lascuráin ya que lo vivía en carne propia, pero el toparse con su jefa Ilse Olivo no la ayudo más que destruir lo poco que la hacía feliz por...