Esta es la historia de Tres hermanas que son obligadas a casarse con los hijos de su padrino... solo por la conveniencia de sus padres, el bien y el futuro del negocio según ellos.
¿Podrán Daiana, Jimena y Araceli, impedir sus bodas y poder ser feli...
Iván: Oigan, para pascuas estamos pensando en ir a las rutas ¿vienen con nosotros?
Jimena: ¿Quiénes Irán?
Iván: los Zambada, los Esparragoza, los Torres, el Mini Lic, los Àntrax, mis hermanos y yo.
Jimena: pues, tenemos que ver qué día será y si no tenemos cosas que hacer.
Iván: bueno, cualquier cosa nos avisan.
Jimena: yo voy a salir un rato con mis amigas.
Don Samuel: con cuidado.
Iván: ¿Me acompañas a dar unas vueltas?
Daiana: sí, espérame que me voy a cambiar, voy por mi bolsa y nos vamos.
Iván: aquí te espero.
Daiana: me cambié y Bajé las escaleras... Al bajar por las escaleras Iván Me silvó y me tendió su mano para ayudarme a bajar.
Iván: Mira nomás, Qué chulada.
Daiana: Muchas gracias ¿Nos vamos?
Iván: vamos, nos vemos luego...
Don Samuel y Doña María Jimena: adiós, vayan con cuidado...
Iván: súbase señorita, dijo abriéndome la puerta del copiloto.
Daiana: Muchas gracias caballero, dije con una sonrisa. ¿A dónde vamos? Pregunté una vez los dos ya arriba del carro.
Iván: me vas a acompañar a hacer unas vueltas, Luego si quieres vamos por un helado y luego te voy a llevar a qué conozcas mi nueva mansión.
Daiana: ¿okay? Esto promete ser divertido... Fuimos a hacer las vueltas que Iván tenía que hacer y luego fuimos por un helado, yo me pedí uno de chocolate y Archibaldo uno de menta.
Iván: deaaa... Guácala... dijo cuando probó el helado de menta. Es horrible...
Daiana: jajaja y por qué te lo compraste, dije muerta de risa.
Iván: porque se veía rico en la foto.
Daiana: Jajaja ¡Ay Iván!
Iván: convídame el tuyo que me quedé sin helado.
Daiana: no, Cómprate otro.
Iván: convídame solo un poquitito ¿Ándale sí? Dijo como niño chiquito.
Daiana: Jajaja No... ¡Iváaaan! Me quejé cuando este pasó su lengua por mi helado.
Iván: jjj yo te pedí que me convidaras por las buenas, tú no quisiste, ahora atente a las consecuencias, dijo estallado de risa.
Daiana: ¡mi helado! Dije haciendo un berrinche. Toma, ya no lo quiero, está lleno de tu saliva.
Iván: ¿segura? Dijo comiéndose mi helado,
Daiana: sí, ya no lo quiero, dije Cruzada de brazos.
Iván: okay, Muchas gracias...
••••••••••
Daiana: una vez que Iván se terminó de comer mi helado, fuimos a su casa.
Iván: bienvenida a mi mansión, que lamentablemente comparto con el tonto de mi hermano Alfredo.
Daiana: Hola Alf.
Alfredo: qué rollo mi Daianita, Qué milagro que vengas a mi humilde casa.
Daiana: Jajaja muy humilde y Modesta Por cierto, vine a conocerla porque me invitó Iván.
Iván: cuál tu casa cabrón, Sí yo la pagué.
Daiana: ¿qué andabas haciendo antes que nosotros llegáramos?
Alfredo: estaba comiendo y estaba por invitar a unas plebitas, pero me arruinaron el plan.
Iván: por suerte.
Daiana: Jajaja.
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