8. No te disculpes por sentir o por no hacerlo

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For king & Country — crave

Lo primero de lo que se dio cuenta al nada más abrir los ojos fue que aquel era otro de sus días malos. Eso por si mismo ya era una mierda. Y lo segundo es que... no estaba en su habitación. Percatarse de ello no hizo nada por mejorar su estado de ánimo.

Por un corto segundo creyó que estaba de nuevo en una habitación de hotel y que al girarse en la cama se toparía con una chica de sedoso cabello oscuro. Pero aquella no era una habitación de hotel Y el aroma que impregnaba las sábanas y la almohada le resultaba familiar.

Hundió el rostro en la almohada, exprimiendo su cerebro para recordar en dónde estaba en realidad. Después de un par de intentos recordó lo que sucedió la noche anterior: salió a comer con Jude, Jonathan y Dodie. Luego se había quedado a solas con el ingeniero. Dejaron en el restaurante solo para toparse con las entusiastas fans de Queen Knight. Después de eso volvieron al apartamento de Jonathan.

Se quedó a dormir porque al parecer Dodie y Jude iba a tener su propia fiesta de pijamas privada. ni loco volvería al apartamento que compartía con Jude. Así de simple.

Puedo dormir en el sofá — le había dicho a JJ.

Nada de eso. Te quedas en mi habitación y yo tomo la de Dodie. No podrás descansar nada en el sofá.

No había querido decirle que era probable que en la cama tampoco pudiera dormir demasiado. Se lo guardó para si mismo y aceptó la amabilidad que le era ofrecida. Con lo que no contaba es que luego de haber llamado a Rox para hablar sobre el asunto "Queen", se quedó dormido. No recordaba haber soñado algo, pero tampoco despertó a mitad de la madrugada con su mente volviéndose demasiado ruidosa.

Hacia demasiado tiempo que no dormía tantas horas de un tirón.

Sabía que debía levantarse, agradecer a Jonathan por la hospitalidad y luego Volver a su apartamento para poder arrastrarse hasta su cama y olvidarse del mundo con toda libertad. Sin ser un inconveniente para nadie. En su lugar se acurrucó de costado echándose la manta hasta los hombros. Todo ahí olía a Jonathan. Un aroma suave y agradable, pero sin dejar de ser masculino.

El sueño empezó a arrastrarlo de nuevo.

Entonces escuchó que la puerta se abría suavemente y pisadas cuidadosas se presionaban contra el suelo. Parpadeó remiviéndose y entonces lo vio a medias. El ingeniero estaba rebuscando en su armario lo que debía ser difícil teniendo en cuenta que la luz estaba apagada y la cortina estaba colocada casi por completo dejando que solo una cantidad de luz matinal entrara por la ventana.

—Puedes encender la luz— murmuró cerrando los ojos de nuevo.

—Oh, estás despierto. No quería molestarte.

—Es tu habitación, Jonathan. Molestarme debería ser lo último que debe importar— se encogió por dentro por el tono tan apagado en su voz. En días como ese, a veces hasta hablar suponía un gran esfuerzo.

—Aún así. A mi seguro como el infierno que no me gustaría que me despertaran. Pero si está bien para ti... Igual será solo un momento.

La luz se encendió y solo entonces Rick pudo darse cuenta de que lo único que JJ estaba usando era un toalla alrededor de su cintura. Se acababa de duchar. No pudo evitar que sus ojos se demoran más de la cuenta en la línea de sus hombros y la larga linea de su espalda hasta la curva de su...rodó hacia el otro lado cerrando los ojos de nuevo.

A Lonely Heart Song © (Love & Music #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora