41. Reconfortante

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Dedicado a ti UmbraBlack 😈😘

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Aiivawn— can't take my eyes off you

El camino a Seattle fue por demás agridulce para Rick. A pesar de lograr dormir un par de horas el cansancio era evidente y su estado de ánimo no fue mucho mejor. Su mente se sentía confusa, los recuerdos de la pesadilla aún demasiado frescos en su memoria. Además le sumaba la culpa de ver a Reid con la nariz inflamada a causa del golpe que le metió  en medio de su estado de aturdimiento y pánico.

Antes de que subieran al autobús, Evgeny le había dicho que al parecer Derek tenía planes de seguir en la ciudad y que lo siguieron hasta un restaurante muy temprano en la mañana, ahí se reunió con una mujer para compartir un aparente desayuno amistoso. Rick se sintió fatal al escuchar eso. ¿Y si Derek no había tenido intenciones de acercarse? ¿Significaba eso que estaba creando un problema dónde no lo había? Parecía lo más probable, pero tampoco podía bajar la guardía.

No es coincidencia— había dicho  Evgeny con tono serio—. Aún así no importa. Puede que cuando Wolfie me pidió cuidarte no estaba de acuerdo. Ahora esto es personal y el estúpido Derek no va a hacerte daño, no a menos que pase sobre mi. Te lo prometo.

Eso lo ayudó a calmerse solo un poco. No lo suficiente porque el malestar seguía ahí. Y no confiaba del todo en Evgeny Rylov, porque apenas lo conocía, aún así el hombre ya le había demostrado que se podía contar con él para cosas delicadas. Además Evgeny no lo había juzgado ni una sola vez después de enterarse de lo que pasó con Derek y lo que Rick había hecho a raíz de sus inseguridades. Tampoco lo juzgó por necesitar de alguien que lo vigilara todo el tiempo. Evgeny podía ser un tipo travieso, un poco intimidante y demasiado malicioso para su propio bien, pero con Rick se comportaba como si de verdad le importara. Quería creer que así era.

Pero más alla de eso, durante el viaje en el autobús, Rick se había acurrucado en su asiento con la cabeza pegada en la ventanilla. Llevaba puestos los auriculares con música a todo volumen para que sus pensamientos no tuvieran oportunidad de formarse del todo. La capucha de la sudadera le cubría parte del rostro y le hacía saber a sus compañeros que no estaba en el mejor estado de ánimo. A pesar de todo Wes se había deslizado en el asiento de al lado, para asegurarse de que comiera algo ya que en el restaurante del hotel no quiso desayunar y necitaba hacerlo. Empezar a saltarse las comidas no era la solución a sus problemas. Además debía tomar su medicación y la idea era que no lo hiciera con el estómago vacío.

Estaba tratando de terminar el emparedado cuando el autobús se desvió a una estación de servicio. El resto del Staff ya se había adelantado para compesar el retraso de la noche anterior.

Wes que seguía a su lado le quitó uno de los auriculares para que pudiera escucharlo.

—¿No quieres estirar las piernas? Aún nos falta algo de camino antes de llegar a Seattle y el autobús no va a parar de nuevo hasta que lleguemos.

—No, creo que me quedo aquí.

—¿Estás seguro?

—Sí.

A Lonely Heart Song © (Love & Music #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora