Capítulo XXVI

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—Mi padre ha adquirido el mal hábito de fumar desde que perdimos a mamá y hoy se ha vuelto a deprimir —dijo Scorpius con pesar—. No quise decírtelo porque sabía que eso te pondría triste, y no quería que estuvieras triste hoy.

Cassie le dedicó una sonrisa triste y le acarició el rostro con ternura. Scorpius se derritió en su tacto, igual como lo había hecho el joven Draco Malfoy con el que había soñado.

—¿Te molesta si lo invito a bailar? —preguntó Cassie.

—No creo que quiera, Cass. Pero si logras animarlo, por supuesto que no me molesta —replicó Scorpius.

Cassie dejó su plato sobre la mesa y cogió otro con una nueva rebanada de pastel, respiró hondo y se acercó hacia la banca donde estaba el Sr. Malfoy. Scorpius la siguió, pero se quedó observando unos pasos más atrás.

—Anímese, Sr. Malfoy —dijo Cassie y le acercó el plato.

Draco levantó la cabeza y la miró sin decir nada. Parecía que su mente regresaba de un lugar muy, muy lejano. Apagó su cigarrillo en el cenicero que tenía junto a él en la banca, en el cual ya habían otras colillas de cigarrillo, cogió el plato y le dedicó a Cassie una pequeña sonrisa.

—Gracias, Cassie —dijo, y probó un bocado de pastel—. Está rico —comentó y Cassie sonrió.

—Gracias por dar permiso a Scorp para hacerme esta maravillosa fiesta en su mansión, Sr. Malfoy. Hace un momento bailé el vals con mi padre y... fue un baile muy emotivo.

—Qué pena que me lo haya perdido.

—Descuide, Sr. Malfoy. Yo... me preguntaba si... —dijo Cassie con nerviosismo— le gustaría bailar conmigo.

—Ay, Cassie...

Scorpius vio venir una respuesta negativa y decidió intervenir:

—¿Vas a rechazarle un baile a la bella Cassie en su cumpleaños, papá?

—¿Bella Cassie? Ay, pero qué cosas dices, Scorp —dijo Cassie sonrojándose.

—No me digas que no sabes que eres bella, Cassie. ¿O tú qué opinas, papá?

—Pues... sí. Eres hermosa, Cassie —dijo Draco y Cassie sintió sus mejillas arder—. Y estoy seguro de que muchos chicos allá —señaló en dirección a la fiesta— están muriendo de ganas de bailar contigo.

—Pero yo quiero bailar con usted, Sr. Malfoy —insistió Cassie y eso le robó una sonrisa a Draco.

—¿Sabes qué? Me convenciste. Bailemos, Cassie.

Draco dejó el plato sobre la banca y se puso de pie, y Cassie rebosaba de alegría. Pero jamás imaginó lo que Draco haría después. El guapo rubio arrancó de los rosales una bonita rosa roja y se la puso en el cabello a Cassie, diciendo:

—Feliz cumpleaños, Cassie.

—Gracias, Sr. Malfoy —replicó la pelirroja, sonrojándose como nunca.

La muchacha se aferró al brazo de Draco y también al de Scorpius, y los tres regresaron a la fiesta. Cassie bailó con Draco al lado de Scorpius y Rose, e iluminaba la mansión entera con su rebosante alegría.

Resultó que Draco bailaba muy bien, y Cassie le bailaba muy bonito, como si solo existieran ellos dos. Y después de que terminó aquella tanda musical, comenzó a sonar una canción lenta. La mayoría de los invitados fueron a sentarse, con excepción de algunas parejas que continuaron bailando, como Scorpius y Rose.

—Bailas muy bonito, Cassie —dijo Draco y la muchacha sonrió.

—Usted también baila muy bien, Sr. Malfoy —replicó Cassie.

Wishes on the Water || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora