Wishes on the Water || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capítulo II

El primer día de Septiembre, la familia Potter cruzaba corriendo la ruidosa calle hacia la estación de King's Cross. Cassie y James empujaban sus carritos cargados con sus baúles, y en lo alto del carrito de James se tambaleaba una jaula con una lechuza que ululaba indignada, mientras que Cassie no tenía una mascota, pues ella quería un Micropuff, pero en Sortilegios Weasley ya no quedaba ninguno debido a la alta demanda, y su tío George le había dicho que estaba teniendo problemas para criarlos lo suficientemente rápido.

Cassie iba toda risueña, luciendo sus aretes con el pelo recogido en una coleta alta, y esa mata de esponjado cabello pelirrojo que colgaba hacia atrás le daba un toque muy coqueto a su atuendo, que era un lindo vestido floreado hasta las rodillas y sin mangas, y una chaqueta de mezclilla.

El pequeño Albus iba sentado sobre el baúl de Cassie, y la gente que había en la estación lanzaba miradas de curiosidad a la lechuza de James mientras los Potter se dirigían hacia la barrera que separaba los andenes 9 y 10, cuando de repente, la voz de Cassie se alzó por encima del bullicio que los rodeaba:

—¡No, señor! ¡No van a ponerme en Slytherin!

—¿Quieres parar ya, James? —dijo Ginny al darse cuenta de que James y Cassie habían reanudado la discusión que habían iniciado en el auto.

—Sólo he dicho que podrían ponerla en Slytherin —se defendió James, sonriendo con burla a su hermana menor—. ¿Qué tiene eso de malo? Es verdad que a lo mejor la ponen...

Pero James detectó la severa mirada de su madre y se calló. Los Potter habían llegado frente a la barrera. James miró a Cassie por encima de su hombro, luego echó a correr empujando su carrito y desapareció detrás de la barrera.

Cassie estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo, y sólo se quedó allí, observando fijamente la barrera. Entonces Harry rodeó el hombro de su hija con su brazo y le preguntó:

—¿Juntos?

Cassie sonrió y asintió. Entonces Albus se bajó del baúl, y Harry y Cassie echaron a correr empujando el carrito hacia la barrera. Cassie cerró los ojos e hizo una mueca de dolor, pero no se produjo ninguna colisión, y cuando volvió a abrirlos, ya se encontraba en el andén 9 3/4 junto con su familia.

El blanco vapor que salía de la escarlata locomotora del Expreso de Hogwarts hacía difícil distinguir los rostros de la gente mientras los Potter recorrían el andén, y a Harry le pareció oír a Percy disertando en voz alta sobre la normativa que regulaba el uso de escobas, cuando de repente, un grupo de cuatro personas surgió de entre la niebla en la que James ya se había perdido.

Harry, Ginny, Cassie y Albus no lograron distinguir los rostros de aquellas personas sino hasta que estuvieron frente a ellos. Eran Ron, Hermione, y sus hijos Rose y Hugo.

—¡Hola! —dijo Cassie, y Rose la miró sonriente.

—Lindos aretes, Lil... Cassie —dijo Rose, pues ya estaba enterada de lo que había ocurrido en el cumpleaños de su prima.

—Gracias —replicó Cassie.

—Ya quisiera yo tener la orejas horadadas.

—¡Ah no, señorita! —saltó Hermione con tono severo—. Ya conversamos sobre el tema y es asunto cerrado hasta que llegue el momento adecuado.

—Sí, mamá —dijo Rose y, dirigiéndose hacia Cassie, dijo en voz baja—: Mamá cree que voy a hacer un berrinche o algo así para que me dé permiso de perforarme las orejas.

Pero a Cassie no le gustó ni un poco ese comentario, pues había captado la indirecta, así que se puso seria y callada.

—¿Has podido estacionar bien tu auto? —le preguntó Ron a Harry—. Yo sí, aunque Hermione no confiaba en que aprobara el examen de conducir de muggles. Creía que tendría que confundir al examinador.