Aquel sábado, Scorpius había ido a recoger a Cassie y la había llevado a la mansión Malfoy, donde Draco los recibió con una amplia sonrisa. Era un día muy soleado. Scorpius vestía unas bermudas, una polera de manga corta y zapatillas deportivas, y Cassie, un bonito vestido corto sin mangas color rosa y sandalias de tacón.
—Hola papá, ya llegamos —dijo Scorpius.
—Hola hijo, hola Cassie —los saludó Draco, disimulando muy bien las locas ganas que tenía de comerse a besos a su novia.
—Hola, Sr. Malfoy —replicó Cassie con una sonrisa, disimulando muy bien las ganas que tenía de arrojarse a sus brazos.
—Scorp me dijo que pasarían la tarde aquí.
—Así es. Vinimos preparados. Compramos una gran bolsa de babosas de gelatina —dijo Cassie y Scorpius le enseñó la bolsa a su padre.
—¿Van a comerse todo eso? —preguntó Draco abriendo los ojos como platos—. Les va a doler el estómago.
—Claro que no, papá —refutó Scorpius—. Cassie y yo tenemos estómago de hierro.
—Si tú lo dices —contestó Draco no tan convencido.
—Estaremos en la hamaca, papá. Ven, Cassie.
Scorpius cogió de la mano a Cassie y la llevó hasta la hamaca del jardín que colgaba sobre un pequeño estanque. Cuando estudiaban en Hogwarts, ellos solían pasar horas allí, tumbados en la hamaca y sumidos en una interminable conversación mientras comían babosas de gelatina.
Draco entró a la casa y los observaba desde la ventana de su suite sin poder evitar sentirse un poco celoso. Las zapatillas deportivas de Scorpius y las sandalias de Cassie estaban en la orilla del estanque, y los mejores amigos se mecían suavemente en la hamaca mientras conversaban, reían y se daban de comer babosas de gelatina.
—Me gusta el piercing que te has puesto en la nariz, Cassie. Creo que es muy sexy —dijo Scorpius.
—¿En verdad lo crees? —preguntó Cassie.
—Absolutamente. Y le has dado una segunda oportunidad a tu arete de zultanita. Eso es tan Cassie.
—¿Y eso qué significa?
—Pues... Te gusta inventar cosas, ¿no?
—Ajá.
—Y has inventado un nuevo uso para el par del arete que perdiste.
—Sí, es cierto —dijo Cassie sorprendida—. No lo había visto de esa forma.
—¿Y hay algún invento nuevo en el que estés trabajando?
—Sí. Siempre me han gustado las sombras de ojos de brillitos, así que decidí crear mi propia versión a prueba de agua. La llamo "Polvo de Hadas". He estado trabajando en ello en todo este tiempo que he estado recuperándome de mi lesión.
—¿Polvo de Hadas? ¡Qué ingenioso nombre! Apuesto a que las venderás como pan caliente.
—Tú siempre tan optimista, Scorp —dijo Cassie y le acarició la mejilla con ternura, haciéndolo sonreír.
—Y dime, Cass, ¿has intentado volver a surfear?
—No —dijo Cassie con tristeza, negando con la cabeza—. Mi tabla de surf se perdió en el océano durante el accidente, y aunque la fisioterapia me ha sentado de maravilla, aún no me siento con la suficiente confianza como para montar olas de nuevo. Tengo miedo de que me pase algo peor.
—Cassie —dijo Scorpius con una mezcla de dulzura y tristeza, y le acomodó un mechón de su cabello suavemente detrás de su oreja—. Pero si tú amas el surf. La reina del surf te llaman, ¿no es cierto?
ESTÁS LEYENDO
Wishes on the Water || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]
Hayran Kurgu[OBRA TERMINADA] ¿Puede un deseo escrito en un trozo de pergamino y arrojado al mar en una botella, poseer una magia desconocida en el Mundo Mágico? ¿Puede un alma llena de experiencias, pero destrozada por el dolor de una pérdida y cansada de vivir...