Capítulo XLIV

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Cassie y Scorpius conversaban en la playa mientras hacían los ejercicios de calentamiento para su sesión dominical de entrenamiento de surf.

—Creí que la rivalidad de nuestros padres había quedado en el pasado, Cass. Sé que este asunto de que mi padre y tú estén juntos no es fácil de digerir, pero nunca hubiera imaginado que tu padre reaccionaría así —dijo Scorpius.

—Entiendo que como Jefe del Departamento de Seguridad Mágica en el Ministerio tiene que lidiar con criminales a diario, pero eso no significa que deba tratar a tu padre como uno —repuso Cassie—. Eso me molestó mucho.

Por un momento, Cassie se olvidó de los ejercicios de calentamiento y simplemente se puso a contemplar las olas del mar.

—Mi padre siempre ha sido muy terco y no cambia fácilmente de opinión —añadió.

Scorpius también dejó de hacer los ejercicios y dijo:

—Entiendo que no sea fácil para él aceptar tu relación con mi padre, pero lo que no entiendo es porqué tenía que ser tan hostil y desagradable.

Cassie asintió con tristeza Scorpius se acercó para darle un abrazo reconfortante.

—No te preocupes, Cassie —dijo—, estoy seguro de que, eventualmente, tu padre aceptará tu relación con mi padre. Sólo habrá que tener paciencia.

—Gracias, Scorp —replicó Cassie—. Espero que se dé cuenta de que tu padre es una buena persona y de que nos amamos de verdad.

Scorpius besó la frente de Cassie con cariño y dijo:

—¿Lista para montar olas, Cass?

—Sí. Esta vez lo lograré —dijo Cassie con decisión, cogió su tabla de surf y se lanzó al mar.

Scorpius sonreía y la miraba bracear recostada boca abajo sobre su tabla. Se había quedado de pie en la orilla cruzando los dedos. Era la primera vez que Cassie lo intentaba sola. La pelirroja braceaba y tenía el ceño fruncido, pues aún pensaba en la cena en casa de sus padres y en el amargo sabor de boca que le había quedado esa noche.

De repente llegó una pequeña ola. Cassie frunció el ceño aún más, logró ponerse de pie sobre su tabla sin caerse y la montó.

—¡Sí! —chilló Scorpius eufórico y saltaba con los brazos en alto.

Y en ese momento fue cuando Cassie se dio cuenta de que lo había logrado. Había canalizado toda su rabia concentrándose en su objetivo y eso la había llevado al éxito. La pelirroja llegó a la orilla y corrió hacia los brazos de su mejor amigo, quien la levantó y la hizo girar mientras ambos reían.

—¡Lo sabía, Cassie! ¡Sabía que podías lograrlo! —dijo Scorpius con alegría.

—Sin tu apoyo no lo habría logrado, Scorp —replicó Cassie y le dio un beso en la mejilla.

—Tenemos que contárselo a mi padre. Se va a alegrar mucho.

—¡Sí! ¿Podrías, por favor, llevarme a la mansión Malfoy después del entrenamiento?

—Por supuesto, Cass.

Scorpius y Cassie siguieron entrenando. Con cada pequeña ola que montaba Cassie, fue ganando más y más confianza. Y cuando el entrenamiento terminó, Scorpius condujo su auto directo a la mansión Malfoy.

—¿Papá? —dijo Scorpius cuando Cassie y él entraron al salón—. ¡Papá, traje a Cassie!

Draco estaba en la cocina y salió sobresaltado, creyendo que algo malo había sucedido, pues no era usual que Scorpius llevara a Cassie a la mansión después del entrenamiento.

Wishes on the Water || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora