Wishes on the Water || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capítulo IX

Las vacaciones de Navidad habían terminado y los estudiantes habían regresado a Hogwarts. Cassie estaba muy emocionada porque iba a celebrarse el Baile de Padres e Hijos: un baile de bienvenida para los alumnos de Primer Año y sus padres.

Cassie llevaba un lindo vestido rosa con tutú y zapatitos plateados, se había hecho grandes ondas en el cabello, y lo tenía recogido en una coleta alta que le permitía lucir sus diminutos aretes de diamante.

Se veía preciosa:

Los padres ya habían comenzado a llegar y se reunían con su hijos en el Gran Comedor, que estaba bellamente decorado para la ocasión. Draco y Astoria Malfoy estaban entre los primeros en llegar, pero cuando llegó Ginny, estaba sola.

—¿Y papá? —le preguntó Cassie a su madre.

—Lo lamento, Cassie —respondió Ginny—. Surgió un asunto de vital importancia en el ministerio y, como jefe del Departamento de Seguridad Mágica, tu padre tuvo que ir a la cabeza de los aurores.

—Pero papá me lo prometió —reclamó Cassie—. Me prometió que vendría esta noche, que nada se interpondría en nuestro baile padre e hija.

—Lo sé, linda, y tu padre está muy apenado por ello. Pero me dijo que haría hasta lo imposible por llegar a tiempo para el vals de apertura —dijo Ginny, haciendo de tripas corazón, pues sabía que Harry le había enviado una lechuza a Neville pidiéndole que tomara su lugar en caso de que él no lograra llegar a tiempo.

—Bien —dijo Cassie, esperanzada—. Entonces... iré a saludar a los padres de Scorp.

Cassie se fue en dirección hacia donde estaban los Malfoy, y entonces Neville se acercó a conversar con Ginny:

—Hola Ginny.

—Hola Nev. ¿Y tu traje de gala? —preguntó Ginny, confundida, al ver que Neville no estaba vestido para la ocasión, sino que llevaba puesta su capa de viaje.

—Sí, acerca de eso... Escucha, tengo que salir de emergencia.

—¿Qué?

—Recibí la carta de Harry, pero no podré quedarme al baile porque recibí también una lechuza de San Mungo. Ocurrió un incidente con mis padres y es imperativo que llegue allá lo antes posible. Ya le expliqué la situación a la profesora McGonagall. Lo lamento, Ginny.

—No. Está bien, Neville. Tus padres te necesitan ahora. Estoy segura de que Harry llegará a tiempo.

—Bien. Entones me voy tranquilo.

Neville se marchó, y cuando llegó la hora del vals de apertura, padres e hijas y madres e hijos tomaron sus posiciones en la pista de baile, pero Harry no había llegado aún y Cassie comenzó a desesperarse.

—¿Dónde está papá, mamá? —preguntó la niña.

—Estoy segura de que ya no tarda en llegar, linda —respondió Ginny, nerviosa.