El sábado se hizo largo, estuve metido revisando los sistemas y cambiando los protocolos, el trabajo era tedioso y lento, había muchos datos que compilar. A mediodía apareció Anajú con un par de pizzas y unos refrescos, Tanto Samantha como yo agradecimos la parada, incluso aproveché para estirarme pues mi cuerpo estaba totalmente agarrotado.
Aproveché mi visita al baño para llamar a Bea y hablar con los mellizos, ellos me echaban de menos y yo tuve que volver a explicarles que me tenía que quedar a trabajar pero que pronto volvería.
Cuando volví a la sala con los servidores vi a las chicas hablando, así que me dirigí a ellas.
- ¿Por qué no vais a tomar un café y así me traéis uno para mí? – les propuse y ambas aceptaron.
Yo volví a los sistemas y a la maldita pantalla que me estaba quemando la vista. Al rato volvió Samantha sola y con mi café, se sentó frente a mí y me preguntó cómo iba.
- Vamos que no es poco, esto es un proceso lento, tiene que compilar muchos datos, pero parece que todo va bien.- le contesté mientras daba un sorbo al café.
Seguimos hablando de cosas intrascendentes, ella me contó cosas de su infancia y me encantó la confianza que demostraba al contármelo. Hubo un silencio y me decidí a preguntarle por lo ocurrido anoche.
- ¿Puedo preguntarte que pasó ayer con Carlos? - ella me miró sería como pensando en si contestar o no.
- Ayer había quedado con Carlos para cenar, pero con todo esto que ha pasado se me olvido avisarlo y lógicamente se cabreo al darle plantón. Encima nos encontró en el bar y se creía que estábamos de fiesta y que esa era la causa de que no acudiera a la cita.- me explicó con una expresión como de que no le importara.
- ¿Y lo has podido arreglar?
- De momento no, pero se arreglara, nos conocemos desde hace mucho y ya sabemos cuáles son nuestros tiempos. Al final se le pasará y volverá como ha pasado siempre.- me respondió con seguridad.
- Te has quedado callado.- me dijo al ver que no reaccionaba.
- Es que no entiendo vuestra relación, pero es normal porque no entiendo de relaciones.- le contesté sincero.
- ¿Cómo que no entiendes de relaciones?- me preguntó curiosa y yo me puse algo nervioso.
- No he tenido nunca ninguna relación duradera, sólo una novia cuando era joven y vivía en Murcia, aquí no he tenido nada serio.- le repliqué y vi como su boca se abría por la sorpresa.
- Por favor no te rías de mí, me ha costado mucho contarte eso como para que te rías.- le pedí tímidamente.
- No me rio Flavio, solo que me sorprende. Eres un chico guapo y bastante agradable, las chicas seguro que se te rifan. ¿O es que no te van las chicas? - me preguntó con una sonrisa burlona.
- Samantha no te pases. Simplemente no he tenido tiempo para relaciones, claro que me gustan las chicas.- le espeté molesto.
- Oye que no pasa nada. Las cosas llegan cuando tienen que llegar. ¿Te puedo preguntar algo?- me dijo cambiando de tono a otro más conciliador.
- ¿Me puedo negar?- le repregunté y ella negó.
- ¿Por qué no te gusta hablar de ti y de tu familia?- preguntó directa ante mi silencio.
- Porque no soy de contar mis cosas, no me gusta que la gente me mire con lastima o peor. Prefiero mantener mis cosas para mi.- le respondí con sinceridad.
Afortunadamente el sistema me requirió y cortó la conversación que se estaba poniendo demasiado intensa para mi gusto. Seguí revisando el sistema hasta que me arrojó una información que creí debía compartir, se lo dije a Samantha y ella pareció sorprenderle.
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Sobran las palabras
FanfictionElla abogada de éxito, con una familia adinerada y bien posicionada. Él luchando por salir adelante en una vida que no se lo ha puesto fácil. Ambos coincidirán en un momento importante de sus vidas, se entenderán o la diferencia de clases marcará su...