9.- Cambio de planes y decisiones no esperadas.

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Me despierto con la luz que entra por la ventana, siento un peso en mi cintura y recuerdo todo, es el brazo de Flavio que me sujeta por la cintura y noto su mano en mi tripa que esta al aire entre el pantalón y la camisa del pijama. Me vuelvo hacia el chico que duerme plácidamente, lo observo y no puedo negar que lo veo muy guapo, su frente despejada de pelos, esa nariz perfecta terminada en redondo, adorable, y su mandíbula firme y bien marcada, cubierta por una barba de dos días. Quiero recorrer su perfil con mis dedos, pero rápidamente desecho la idea.

Veo que Flavio mueve la boca y siento la vibración por todo mi cuerpo, no ha abierto los ojos, pero una sonrisa le nace en la cara.

- Fla no te oigo, pásame los audífonos por favor. - le pido y él quita la mano que tenía en mi cintura y ya no la vuelve a poner.

Me los entrega con cuidado y se queda mirándome, cuando me pongo los audífonos le pido que repita lo que había dicho.

- Buenos días Samantha, ¿Has dormido bien? - repite ahora mirándome a los ojos.

- Si bastante bien, muchas gracias por quedarte, no sé si habría pegado ojo si no es por ti. - le respondo y él sonríe achinando los ojos.

- Me alegro. Bueno es hora de ponernos en marcha. - me dice mientras mira su reloj.

Veo como se sienta en el borde de la cama, admiro su espalda ancha con los músculos marcados, cuando se levanta para ponerse el vaquero miro su culo, redondo perfecto y tengo que tragar saliva, me lo imagino duro al tacto. Se pone la camiseta y se gira para despedirse y me pilla con la mirada pérdida en su cuerpo.

- Samantha nos vemos en tres cuartos de hora, quiero desayunar bien no vaya a ser que después no me dejen. - me explica con una sonrisa, pero sin hacer referencia al momento anterior.

Yo asiento y veo como se marcha de mi habitación. Aprovecho mi soledad para desperezarme, paso mis manos por mis pechos y noto como mis pezones reaccionan al roce, meto mi mano izquierda dentro de mi pijama y de mis bragas y toco mi sexo como sólo yo se tocarlo. Las imágenes de Flavio me vienen a la mente, cierro los ojos recreándome en ellas mientras acaricio mi clítoris con suavidad y un dedo juega con la entrada. Las imágenes del moreno se me hacen más vividas, la mano libre acaricia mis pezones aumentando la excitación, ya los dedos no juegan ya en la entrada, sino que se introducen a un ritmo cada vez mas rápido, mi dedo sigue acariciando mi punto hasta que llego a un orgasmo liberador. Me tapo la boca para que no se escuchen mis gemidos y dejo que mi cuerpo disfrute de las últimas sacudidas de placer.

Tras unos segundos más, miro mi reloj y veo que se me hace tarde, me voy directa a la ducha. Mientras me enjabono pienso que hacia mucho que no me masturbaba pensando en alguien tan real y cercano como Flavio, lo he hecho pensando en modelos o algo que me haya puesto, pero como hoy, no lo hacía desde la pubertad.

Me visto rápidamente y termino de arreglarme en tiempo récord, recojo todo y lo meto en mi maleta de cualquier manera. Doy una ultima mirada para comprobar que no se me olvida nada y abro la puerta. Al hacerlo me encuentro a Flavio apoyado en la pared de enfrente mirando el móvil. Él me mira y yo le respondo la mirada algo seria, pues no me lo esperaba ahí.

- Lista para pasar el ultimo trago. - me pregunta con una sonrisa cálida que me desarma, yo asiento y me dirijo hacia el ascensor con Flavio a mi lado.

Desayunamos en silencio, sólo roto por preguntas que le hago para saber sobre que hora terminaremos. Cuando ya hemos salido del hotel y nos dirigimos hacia el despacho le comento mi plan.

- Flavio creo que voy a hacer un cambio en el viaje.

- Vas a ir a ver a tu hermana. - me dice y yo me quedo con la boca abierta.

Sobran las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora