Esa noche dormí fenomenal, las palabras de Flavio pidiendo una segunda oportunidad me había pillado fuera de sitio, pero tenía clarísimo que yo también quería esa oportunidad, durante todos estos días me he dado cuenta que lo que quería era volver a estar con él.
La semana inició con mucho trabajo y varias reuniones con artistas y con Pancho, Roberto hacía días que no me visitaba ni me llamaba, desde que le dejé todo claro parece que me rehúye, incluso cuando he preguntado por él a Pancho, este no ha sabido responderme.
Con Flavio todo va muy bien, tuve una reunión con él y con Iván en la oficina, Pancho los había citado para el lanzamiento del álbum y quiso que yo estuviera y yo lo hice encantada. Por las tardes cuando llegaba a casa me lo encontraba con Pol y pasábamos un rato los tres juntos. Nuestra segunda oportunidad avanzaba lenta, ninguno de los dos quería precipitarse, además Pol nos dejaba poco tiempo.
El viernes empezó el tratamiento del pequeño y ambos estábamos muy nerviosos, tras las inyecciones el doctor nos dio las recomendaciones para el fin de semana pidiéndonos que el pequeño no hiciera esfuerzos y que si estaba algo menos activo que no nos preocupáramos.
Nos fuimos los tres a mi casa, Pol no dejó de pedir brazos tanto a Flavio como a mí. En cuanto llegamos dejamos al pequeño descansando en el sofá y nosotros decidimos tomarnos un café.
- Flavio si tienes que irte a trabajar no hay problema, yo me he pedido el día en el mío. - le dije mientras servía los cafés.
- Tranquila, yo también me he despejado la agenda. Iván en cuanto se enteró de la prueba de Pol no puso ningún problema. Hoy me quedo con vosotros y el fin de semana también, si no te importa. - me explicó mientras se acercaba a mí y me arrinconaba contra la encimera de la cocina.
Sus manos fueron a mis caderas y su mirada se clavó intensamente en mis labios para después pasar a mis ojos, en estos días sólo nos habíamos robado varios besos, pero poco más pues no habíamos tenido oportunidad.
- ¿Me vas a besar? O te vas a quedar mirándome. - le piqué y él me lanzó una sonrisa canalla antes de acercar sus labios a los míos.
Nos perdimos en los labios del otro, sus manos acariciaban mis caderas subiendo la temperatura de mi cuerpo, mis manos se enredaban en su pelo haciendo que no pudiera despegarse de mí. En esas estábamos cuando escuchamos la puerta abrirse, ambos nos habíamos olvidado de Mati, así que nos separamos rápidamente, aunque nuestros labios hinchados y nuestras mejillas sonrojadas nos delataban.
Mati entró en la cocina y tras echarnos una rápida ojeada nos saludó y dejó la compra sobre la mesa.
- ¿Qué tal ha ido todo? - me preguntó directamente.
- Muy bien, ahora está descansando en el salón, no quería acostarse. - le respondí y ella asintió aliviada.
Nos dejó a solas con nuestros cafés ya fríos sobre la mesa y se fue a ver al pequeño. Nosotros nos miramos sin saber que decir, pero con una sonrisa tonta en la cara. Cuando Mati volvió a la cocina yo le ofrecí un café.
- Gracias he desayunado en la calle. Pol está dormido, lo he tapado. - nos dijo antes de ponerse a guardar la compra.
- Mati yo tengo el día libre y no pienso despegarme de Pol, te lo digo por si quieres hacer planes para el fin de semana. - le propuse a la pelirroja y ella asintió con una sonrisa.
Cuando terminamos los cafés Flavio fue a ver al pequeño y yo me quedé lavando las tazas, Mati aprovechó el momento a solas para preguntarme.
- ¿Qué tal con Flavio? Me parece que antes he interrumpido algo. - dijo alzando las cejas de forma divertida.
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Sobran las palabras
FanfictionElla abogada de éxito, con una familia adinerada y bien posicionada. Él luchando por salir adelante en una vida que no se lo ha puesto fácil. Ambos coincidirán en un momento importante de sus vidas, se entenderán o la diferencia de clases marcará su...