27.- Casualidades y confesiones.

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Han pasado varios días desde la fiesta, esa noche Roberto me acompañó al hotel y subió conmigo, se le veía bastante preocupado por la situación. Me hizo compañía hasta que le pedí que me dejará sola y así lo hizo. Sabía que él estaba pillado de mí, pero siempre había respetado mis decisiones. Yo me había aprovechado de eso y cuando hace un año decidí liarme con él, Roberto asumió que nuestra relación iría al ritmo que yo marcara. Durante este año hemos tenidos varios encuentros, siempre cuando yo he querido y lo he necesitado y Roberto nunca ha puesto pegas.

Estoy en el aeropuerto esperando a la persona más importante de mi vida. Estoy impaciente por su llegada, me tuve que venir y dejarlo allí al cuidado de mi fiel Mati. Cuando los vi aparecer por la puerta de salida de los pasajeros corrí y lo cogí en brazos.

- Hola Pol cariño, ¿me has echado de menos? - le pregunté entre besos que iba dejando por toda su cara provocando su risa.

- Si mami te eché mucho de menos. - me respondió entre risas y con esa media lengua que me encantaba.

- Hola Mati. ¿Qué tal el viaje? - le pregunté a la pelirroja que estaba parada frente a mí con una gran sonrisa en la cara y un carro cargado de maletas.

- Hola Sam, muy bien. Pol se ha portado muy bien todo el viaje. - me respondió acariciando la espalda de mi niño.

Mati es una chica joven que contraté cuando tuve que volver al trabajo, era valenciana y vivía en Londres trabajando en lo que podía, yo la conocí de camarera de un sitio al que solía ir a comer, hice amistad con ella que se acercó al escucharme hablar en mi lengua materna. Cuando le ofrecí un puesto estable ella aceptó inmediatamente, le gustaban los niños y trataba a Pol como si fuera suyo.

- Mati espero que no te arrepientas de volver a España. - le dije mientras íbamos a por un taxi

- Estaba harta de tanta lluvia y cielos grises, en cuanto pueda pienso escaparme a Valencia a la playa. Además, no podría separarme de este monito. - me respondió haciéndole carantoñas al pequeño.

Llegamos a nuestro nuevo hogar y tras la ardua tarea de subir las maletas, les enseñé toda la casa, a Pol el encantó su nuevo cuarto y Mati también pareció satisfecha.

- Hoy tengo cita para visitar un colegio cercano, me han hablado muy bien del sitio, espero que me guste y pueda inscribirlo. - le expliqué a Mati.

- ¿Quieres que vaya contigo? - me preguntó la pelirroja y yo negué.

- Tómate el día libre llevas varios días dedicada a pleno y mereces un descanso. - le respondí y ella aceptó encantada.

- Monito ¿quieres que vayamos a ver el cole nuevo? - le pregunté y el asintió encantado.

Terminamos de recoger todo y nos cambiamos para ir al colegio con un aspecto más adecuado y causar buena impresión. Salimos con tiempo suficiente para llegar.

El colegio era grande y muy bien equipado, estaba bastante bien cuidado y me estaba gustando mucho. Nos recibió la directora del mismo, que se presentó como Noemí. Estuvimos de charla durante bastante tiempo, me explicó todo sobre el centro, las actividades y los precios. Después nos llevó a ver la clase a la que Pol tendría que incorporarse, Pol sería de los pequeños de su clase, pero la profesora me gustó mucho como trataba a todos.

Quedé con Noemí en contestarle el día siguiente, pero ella me propuso algo mejor.

- Mira si quieres y estás decidida, mañana puedes traer a Pol y que comience a conocer a sus compañeros. Nosotras resolvemos después los papeles.

- De acuerdo, muchísimas gracias. Por cierto, mañana vendré con Mati que me ayuda con el cuidado de Pol. - le respondí y ella asintió con una sonrisa.

Sobran las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora