6.- Se descubren varios misterios.

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El miércoles empezó con mal pie, el café que me trajo Anajú se me derramó y tuve que cambiarme. El portátil empezó a hacer cosas raras. Todo iba en mi contra para tener la reunión con los jefes, aunque fueran mi padre y mi futuro suegro.

En cuanto llegué al despacho le di el portátil a Ari para que se lo llevara a Flavio mientras yo preparaba todos los informes para la reunión.

- Ari por favor dile que si no puede arreglarlo para la reunión que me prepare uno de los de reserva. - le pedí a mi asistente y ella asintió.

El tiempo pasó rápido y cuando sonó mi móvil con la cara de Carlos iluminándolo, supe que habían llegado. Llamé a Ari para que llevara toda la documentación a la sala de reuniones y me fui al baño para aliviarme y sacarme algo de nervios.

Esperé a mi padre y a su socio en la puerta del bufete y los saludé cariñosamente, mi padre como siempre muy serio, pero Carlos padre si fue más cariñoso. Fuimos hasta la sala de reunión y Carlos hijo se sentó sin ser invitado, yo lo miré con gesto serio.

- ¿No os importa que me quede? - preguntó a los mayores que permitieron su presencia.

Yo repartí los informes y empecé con las explicaciones, tras más de una hora explicando y resolviendo todas las cuestiones que me hicieron, mi padre se quedó mirándome.

- Samantha esto ha sido grave. Necesitamos que nuestros clientes se sientan seguros. ¿El informático es competente o tendremos que buscar una empresa? - preguntó muy serio.

- Vamos a ver nuestros informáticos son muy buenos y Flavio ha estado todo el fin de semana arreglando los protocolos para que el lunes estuviéramos operativos. - expliqué con algo de nerviosismo.

- Juan tranquilo, tanto Flavio como Gerard son los típicos frikis pringados, pero son muy buenos en lo suyo. - comentó Carlos con suficiencia y una sonrisa chulesca que provocó la sonrisa de los dos mayores.

Tras un rato más tratando otros temas del bufete, mi padre dio la reunión por finalizada con una simple frase.

- De momento no va mal, sigue así y quiero más información sobre el ataque informático. – tras eso se levantó sin decir nada más.

- Bueno vamos a comer. - propuso Carlos sénior al que se unió su hijo, mi padre acepto con un simple gesto y yo no dije nada.

Fui a mi despacho a dejar todo y coger mi bolso, entregué a Ari el portátil  que le había dado Flavio.

- Devuélveselo y dile que en cuanto tenga el mío listo que me avise para recogerlo, lo necesito cuanto antes, díselo por favor. - le pedí a mi secretaria y fui hacia la salida donde me esperaban mi padre con gesto serio y Carlos con su padre charlando.

Carlos pidió un coche y nos dirigió al restaurante donde había reservado, el preferido de su padre. La comida fue tediosa sólo hablando de trabajo y más trabajo. Lo peor fue cuando Carlos sénior empezó a preguntar por la boda, a mí se me atragantó el bocado provocando una mirada cáustica de mi padre.

- Que pasa Sam no te apetece la boda. - dijo mi padre y tanto Carlos como su padre me miraron.

- Claro que sí, pero ahora estamos muy liados con el bufete, ya habrá tiempo más adelante. ¿Verdad cariño? - pregunté a Carlos mientras cogía su mano para que me apoyase.

Al final Carlos salió a mi rescate y consiguió reconducir la conversación aliviando mi aprieto. Cuando sonó mi móvil suspiré aliviada, lo cogí y me levanté para atender sin molestar a los comensales del restaurante. Al ver la pantalla una sonrisa afloro en mi cara.

- Flavio me salvas de una comida aburridísima. Dime que ya tienes mi portátil. - contesté rápido provocando la carcajada del moreno a través de la línea.

Sobran las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora