Sobran las palabras

41.- Un pequeño susto y varias sorpresas.

Rompí el silencio dentro del vehículo algo molesta por la falta de información de Flavio.

- ¿Me vas a contar que pasa?

- Es Pol tiene algo de fiebre y ha vomitado, mi hermana estaba preocupada porque no le baja la fiebre. - me explicó y mi expresión fue de terror.

- Sam tranquila, tienes el teléfono que nos dio el equipo médico, dámelo para que llame. - me pidió y yo le tendí mi móvil una vez buscado el contacto.

Escuché que Flavio hablaba con voz tranquila, aunque no escuchaba nada de lo que decía mi mente volaba hasta mi pequeño y un desasosiego me invadió. Estábamos llegando a casa cuando Flavio cortó la llamada.

- Perdone le importa esperarnos aquí, tenemos que llevar al pequeño a urgencias. - le indicó el moreno al conductor, este asintió y Flavio le dio la dirección antes de bajar  del coche con rapidez.

Yo lo seguí a la carrera y entramos en el portal, durante el trayecto del ascensor Flavio me explicó que le habían pedido que lo llevásemos de urgencia a la clínica. Yo lo miraba angustiada.

- Tranquila Sam, me ha explicado que es un posible efecto secundario del tratamiento con las células. Quieren que lo llevemos para revisar que esté todo bien. - intento calmar mis nervios.

- Pero Fla han pasado un par de semanas desde el tratamiento, ¿no deberían haber aparecido antes? - le repliqué y él sólo se encogió de hombros con gesto de no saber más.

- En cuanto lo vean los médicos nos sacaran de dudas, ahora vamos a llevarlo, pero tenemos que intentar que no se ponga nervioso. - me pidió abriendo la puerta del ascensor.

Entramos al piso a toda velocidad, nos encontramos a Bea al lado de Pol que estaba tumbado en el sofá, Flavio lo cogió rápidamente en brazos, tocando con sus labios la frente del pequeño para comprobar su temperatura, yo me acerqué a Bea que nos miraba con preocupación.

- Ha estado bien, pero un poco destemplado y cuando ha cenado lo ha echado todo. - me explicó nerviosa.

- Nos vamos al hospital en cuanto sepamos algo te avisamos. - fue todo lo que le dije antes de salir tras Flavio que ya iba dirección al ascensor.

Volvimos a montar en el coche que nos esperaba y este se puso rápidamente en movimiento. El trayecto hasta el hospital se me hizo eterno, Pol estaba adormilado y solo respondía a las caricias que le dejaba en la cara. En cuanto llegamos Flavio sacó un billete y se lo entregó al conductor en señal de agradecimiento. Nos bajamos y entramos en el hospital.

En Urgencias nos atendieron rápidamente, uno de los médicos que atendió a Pol en el tratamiento, fue el que lo atendió junto con una enfermera, nos pidió toda la información sobre lo ocurrido para después llevárselo a una sala para reconocerlo, dejándonos a nosotros fuera en la sala de espera. Flavio me abrazó e hizo que nos sentáramos en las incómodas sillas a esperar noticias, en ese momento fue cuando mis ojos decidieron dejar correr las lágrimas que antes estaba conteniendo.

Estuvimos esperando por un tiempo que me pareció eterno, cuando finalmente apareció el doctor que se había ido con Pol ambos nos levantamos como resortes para ir a su encuentro.

- Bueno, ante todo, estad tranquilos, Pol está bien, le hemos bajado la fiebre y le hemos mandado varias analíticas para comprobar sus niveles. Todo indica que es un efecto secundario del tratamiento, algo tardío, pero totalmente factible. Lo voy a mantener esta noche en observación y si todo va bien lo subiremos a planta hasta que terminemos todas las pruebas. - nos explicó con esa calma típica de los médicos.

- ¿Podemos verlo? - le pregunté ansiosa.

- Ahora saldrá la enfermera y os acompañará, después uno se podrá quedar con él para pasar la noche. - me respondió y ambos asentimos.