La visita al médico había ido bastante bien incluso sirvió para acercarnos y Flavio quiso escuchar mis motivos para haber actuado como lo hice, todo fue bastante bien hasta que apareció Roberto. Sé que Flavio le culpaba a él también de nuestro distanciamiento, pero yo no lo veía así pues fui yo la que le pedí que no dijera nada.
El enfado con Roberto me duró poco pues en el fondo él se preocupaba por mí y por Pol y me explicó que se había acercado creyendo que Pol estaría también en el médico.
- Roberto a partir de ahora no puedes presentarse así, ya has visto como se ha puesto Flavio. Necesito que las cosas vayan bien con él por el bien de Pol. - le pedí y el asintió.
- Perdóname no era mi intención empeorar las cosas. - me respondió con sinceridad.
Fuimos juntos hasta la sede de la discográfica yo para empezar a trabajar y él por el simple hecho de acompañarme. Antes de irse me quiso invitar a comer, ante mi negativa me invitó a cenar y yo volví a negar con una sonrisa.
- Mati se va esta noche y no vuelve hasta el domingo, así que estoy sola con Pol todo el fin de semana, tendrás que esperar a un momento mejor. - le dije y él puso un pequeño puchero que me hizo sonreír.
- Bueno ya tendremos otra oportunidad. - me respondió a modo de despedida.
El fin de semana pasó tranquilo hicimos las cosas que a Pol le gustaba hacer, vimos películas y comimos las cosas que a él le gustaba. El domingo recibí una llamada que me extrañó, pero que me gustó mucho. Era Bea y nos invitaba a comer con ellos para que los mellizos conocieran a Pol. Yo acepté encantada.
Sobre las doce me presenté en la dirección que Bea me mandó, fue ella la que me abrió y me recibió con una gran sonrisa. Tras saludarme cogió a Pol en brazos y dejó varios besos por su cara provocando las risas del pequeño. Cuando entré al salón Héctor, que ya estaba enorme con diez años vino y me dio un fuerte abrazo, yo le correspondí dejando un par de besos en sus mejillas. Detrás vi a Elvira que me miraba con gesto mohíno.
- ¿No me saludas? Le pregunté a la niña que se acercó lentamente.
- Te fuiste y nos olvidaste. - me recriminó y yo solo pude abrazarla.
- Eso no es así, nunca os he olvidado, sólo que las cosas no salieron como yo esperaba, pero os he echado mucho de menos. - le contesté y besé sus mejillas con ganas hasta que conseguí sacarle una sonrisa.
- Bueno chicos este es vuestro sobrino Pol. - dijo Bea a los mellizos que me miraron sin entender bien, yo miré a Bea que asintió a mi muda pregunta.
- Es el hijo de Flavio y mío y por tanto sobrino vuestro. - les expliqué y ambos asintieron con una sonrisa.
Elvira y Héctor se pusieron a enseñarle a Pol sus juguetes y a jugar con él y mi hijo se sintió plenamente acogido por los mellizos. Bea me ofreció tomar algo mientras se hacía la hora de comer.
Estábamos en la cocina cuando sonó la puerta de entrada y la voz grave del moreno retumbó por toda la casa llamando a los pequeños. Entró en la cocina y nos encontró a las dos, cervezas en mano.
- Hola. - dijo perplejo pues no me esperaba allí.
En ese momento entraron los mellizos que traían a Pol de la mano. Flavio al verlo se puso a su altura y le sonrió abriendo los brazos pidiéndole silenciosamente un abrazo. Pol dudó un momento, pero finalmente se lo dio. Elvira tiró de Flavio que había cogido a Pol en brazos para llevarlos hacía el dormitorio donde estaban los tres jugando.
- Bea, ¿no le has dicho que venía? - le pregunté cuando nos quedamos solas y ella negó con una sonrisa.
Al poco volvió Flavio sólo y se cogió una cerveza sin decir nada.
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Sobran las palabras
FanficElla abogada de éxito, con una familia adinerada y bien posicionada. Él luchando por salir adelante en una vida que no se lo ha puesto fácil. Ambos coincidirán en un momento importante de sus vidas, se entenderán o la diferencia de clases marcará su...