La semana corría rápido, mucho trabajo todo el día sin apenas tiempo para comer. Lo único constante esos días era mi pequeño esperándome ansioso y a Flavio en mi casa pasando la tarde con Pol como le había prometido. Era increíble como las cosas habían cambiado, nuestro trato era amable sin entrar en profundidades, sobre todo hablábamos de Pol.
El jueves intenté llegar antes para poder ir a la cena sin prisas, pero fue imposible, cuando llegué Flavio estaba haciendo un puzle con Pol que parecía muy concentrado. Al verme ambos se levantaron, yo cogí al pequeño en brazos y lo besé por toda la cara consiguiendo que sonriera hasta que sus ojos se achinaron igual que le pasaba a Flavio.
- Hola Sam, ¿mucho trabajo? - preguntó Flavio educadamente al llegar a nuestro lado.
- Hola Flavio, la verdad es que si mucho, pero tengo ganas de ir a la cena con esta gente. - le respondí con una sonrisa.
- Pues si quieres te espero y vamos juntos. - se ofreció y yo asentí soltando a Pol.
- Me cambio en diez minutos. Palabra. - dije saliendo a toda la carrera a mi dormitorio y dejando a los dos chicos en el salón junto a Mati que sonreía al verme con ese entusiasmo.
Al final tardé algo más de quince minutos, pero Flavio no dijo nada se despidió de Pol y Mati y me espero en la puerta, yo me despedí también de ambos y seguí al moreno hasta la calle.
- ¿Cómo vamos hasta allí? - le pregunté y el me miró impasible.
- Yo normalmente voy en metro, pero como vamos tarde lo mejor será coger un coche. - me respondió mientras sacaba el móvil y solicitaba el transporte.
- ¡Vaya! Veo que tienes la aplicación de Uber. - le dije divertida.
- Claro Sam, tengo un móvil último modelo con todas las aplicaciones y una tarjeta de crédito con fondos. Afortunadamente las cosas cambian, con esfuerzo, pero cambian. Esto no quita que suela usar el metro. - me respondió con calma sin mostrar demasiado sus sentimientos.
Llegamos rápidamente y entramos juntos, nuestros amigos nos vieron avanzar juntos, pero ninguno hizo comentario alguno. Todos se levantaron para saludarnos y nos hicieron hueco en la mesa.
- ¿Y mini Flavio con está? - preguntó Hugo al murciano que puso mala cara.
- No lo llames así, tiene nombre y está muy bien. - le respondió y todos rieron pues sabían que a Hugo le encantaba picarlo.
Rápidamente las preguntas me empezaron a llegar por parte de las chichas, yo les conteste a todo mientras sentía la mirada de Flavio, sentado al otro lado de la mesa fija en mí. Cuando llegó Mai acompañada de Bruno volvieron los saludos, besos y abrazos, cuando fue mi turno yo la felicité.
- ¿Esa felicitación a que se debe? - Preguntó Anajú sentada a mi lado.
- Pues que aquí nuestra amiga y Flavio han sido invitados a la cena de nominados a los premios cuarenta. Los rumores que me han llegado dicen que ambos estarán nominados. - expliqué ante la alegría del grupo.
Todos empezaron a felicitar a ambos músicos, que lo recibieron entre risas y bromas por parte de los demás.
- ¿Fla a quien vas a llevar? Llévame a mí. - le rogó Eva saltando sobre el moreno.
- Por mí no hay problema, pero ya sabes. - dejó caer provocando una mala mirada de Hugo.
- Si la llevas no puedes cogerle el culo en público. - le amenazó con el dedo y todos rieron menos yo que no entendía nada.
- Eso lo tiene que decir ella, quizás le gusta más como yo lo hago. - le picó Flavio con tono burlón, provocando que Hugo se levantara malhumorado.
- Voy a por una ronda menos para ti. - le espetó dándose la vuelta ante las risas de todos.
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Sobran las palabras
FanfictionElla abogada de éxito, con una familia adinerada y bien posicionada. Él luchando por salir adelante en una vida que no se lo ha puesto fácil. Ambos coincidirán en un momento importante de sus vidas, se entenderán o la diferencia de clases marcará su...