8.- Valencia y más problemas.

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Terminamos de cenar y Flavio se ofreció para recoger todo y fregarlo, nosotras nos quedamos en el sofá.

- Podría acostumbrarme a vivir con alguien. - dijo mi amiga mirando hacia la cocina.

- ¿No estarás pensando en liarte con él? - le pregunté horrorizada.

- No cariño, pensaba en un rubio de ojos verdes, canijo y con tatuajes que me hace reír mucho. Este te lo dejo a ti. - me responde con un guiño provocando que ponga los ojos en blanco.

- Me voy a hacer la maleta. - digo poniéndome en pie, mi amiga se levanta conmigo y me acompaña.

- Flavio vamos a hacer la maleta de Samantha. - le explica Anajú.

- ¿Necesitáis ayuda?

- ¿Qué quieres ver mi ropa interior? - le pregunto con guasa y él se sonroja.

- Es que no aprendo. - dice negando con la cabeza.

- Fla es broma, no hace falta. Descansa que mañana tenemos que salir a las seis en punto. - le digo y él me sonríe.

Cuando estamos en el ascensor Anajú me mira con la ceja arqueada.

- ¿Fla? - pregunta y yo me rio.

- Así le llama su hermana y me ha salido, no seas pesada. - le pido a mi amiga que sonríe con maldad.

En un rato Anajú me prepara la maleta con mi ayuda, yo le he ido pasando la ropa y ella la ha ido doblando perfectamente para que no se arrugue. Cuando la dejamos cerca de la entrada veo que falta mi maletín.

- Lo he tenido que dejar en tu casa. - digo preocupada.

- No te preocupes, llamo a Flavio para que lo suba. - me dice Anajú cogiendo su móvil.

Llamó al moreno y tras una breve conversación colgó y con una sonrisa asintió.

- Ahora sube dice que se va a cambiar, para que no nos riamos de él. - me explica y ambas reímos.

Estamos eligiendo la ropa para el viaje y la reunión con mi padre y su socio cuando suenan unos golpes fuertes en la puerta.

- ¡Vaya forma de llamar tiene el chico! - exclamé mientras íbamos hacia la entrada.

Al llegar a la puerta escuchamos forcejear con las llaves, de repente se escucha la voz tomada por el alcohol de Carlos.

- Samantha abre la puerta.

Anajú niega con la cabeza, pero no me niego a temer a nadie y menos a un borracho. Abro la puerta y él cae hacia delante pues estaba medio apoyado en la puerta.

- Carlos estas borracho y no deberías de estar de aquí. - le dije mirándolo con desprecio.

- Estoy en mi derecho de venir a verte, tenemos que seguir hablando no me puedes dejar porque si. - me espeta con la lengua trabada por el alcohol.

- Carlos te estas pasando. - le dice Anajú que se coloca a mi lado.

- ¡Tú no te metas! O crees que no sé qué vais juntas a ver al friki y a su amigo el de los tatuajes. - le espeta y ambas nos quedamos en silencio enfadas por su actitud.

Anajú da un paso adelante y pone sus manos en el pecho de Carlos que la mira con odio.

- Carlos ya, es mejor que te vayas o la vamos a tener. - le amenaza, pero él la aparta y se me encara.

- No me voy a ir hasta que no me digas si me has dejado por culpa del friki. - me reta acercado mucho su cara a la mía, ambos somos de la misma altura y nuestras miradas se encuentran.

Sobran las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora