25.- Vuelta a Madrid.

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Hoy es mi cumpleaños, cumplo treinta y cuatro años. Han pasado cuatro años desde que me fui de Madrid y hoy precisamente vuelvo a la ciudad que me dio tanto.

En estos cuatro años mi vida ha cambiado mucho he conseguido hacerme un nombre dentro del mundo de la música como la abogada de los artistas de la compañía, incluso otros artistas han contactado conmigo para que les representase.

En el inicio tuve la ayuda de Roberto, él me lo puso todo muy fácil, me proporcionó un sitio donde vivir, era el piso donde él se alojaba cuando iba a Londres. También me ayudó a entender todo el mundillo en el que me introducía, me presentó a todos los artistas que tendría que llevar. Este número ha crecido con los años y yo he ido ganando experiencia y pericia en este campo.

Los primeros meses fueron duros, echaba de menos a mi gente y sobre todo a Flavio, pero las circunstancias cambiaron y aunque al principio mi intención era buscarlo tuve que cambiar de opinión y dejarlo ir definitivamente.

Estos años la soledad se ha acrecentado a mi alrededor, si he conocido a mucha gente, he hecho amistades, aunque ninguna como las que tenía en Madrid. También ha habido pretendientes, pero todos fueron rechazados mi mente siempre estaba en Flavio y todos perdían cuando los comparaba con él.

La única persona que estuvo siempre a mi lado fue Roberto, como amigo leal apoyándome en todo sin pedir nada a cambio. Durante todo este tiempo me visitaba asiduamente y me ayudaba con todo, era el único que conseguía que dejara el trabajo para salir e intentar divertirme.

Rompí todos mis lazos con antigua vida y sólo mantuve una mínima comunicación con Patxi, mi cuñado, con el que contacté para saber cómo había ido el nacimiento de mi sobrina. A partir de ahí él me mandaba fotos de Emma y yo he podido verla crecer, sólo una vez me habló de mi hermana y lo arrepentida que estaba, pero yo no quise escucharlo, a partir de ahí sólo me mandaba las fotos y me contaba cosas de mi sobrina.

Así que hoy 6 de febrero vuelvo a Madrid, más por necesidad que otra cosa, aunque también no puedo negarlo, lo hago con ganas de volver a mi país y con ganas de intentar reconectar con algunas personas que deje aquí.

Con la primera persona que me encontraría sería con Mai. Al hacerme cargo de los temas legales de la discográfica en Madrid me haría cargo de la renovación del contrato de la navarra con la compañía.

- ¿Sam en que piensas? - me preguntó Roberto sentado a mi lado en el coche que me había recogido del aeropuerto.

- Nada, haciendo repaso de lo que necesito para poder instalarme definitivamente aquí. - le mentí, pues hacía mucho que no compartía mis pensamientos más íntimos con nadie.

- Sabes que te puedes quedar en mi casa, ahora y todo el tiempo que quieras. - me volvió a proponer el moreno cogiendo mi mano con cariño.

- Roberto no confundamos las cosas, lo que pasó no volverá a ocurrir, no quiero confundirte. - le respondí soltando mi mano de la suya.

Tengo que admitir que en el último año Roberto y yo intimamos más de lo que unos amigos lo hacen, al principio me pareció bien pues era una forma de evadirme y de recuperar algo de mi vida, pero cuando él quiso que formalizáramos la relación yo me negué pues tenía un motivo, que él conocía bien, para que Flavio nunca saliera de mi cabeza. Así que le pedí que siguiéramos como amigos pues no le quería perder y él pareció entenderlo. No quitaba que de vez en cuando me tirara la caña, pues como bien me dejó claro, estaba enamorado de mí y no le importaría esperar lo que hiciera falta hasta que yo le correspondiera.

El coche paró delante del hotel en el que me alojaría unos días hasta tener mi residencia definitiva. Antes de bajarme Roberto me paró.

- Sam no hace falta que vayas esta tarde. Puedo dejar a Pancho con Maialen para la renovación de su contrato. Así tú descansas. - me sugirió, pero yo negué.

Sobran las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora