Aprender a vivir sin mi familia, fue como aprender a caminar otra vez. Iba lento, cuidadosa, temiendo cada paso que di sola, y sosteniendo con fuerza de cada cosa que encontré a mi alrededor para no caer y mantener el equilibrio. La escuela, mis nuevos compañeros, la ciudad de Nueva York me proporcionaron distracción suficiente para distraerme del hueco en mi corazón.Me gustaba sentarme en las tardes con mi plato de cena viendo el atardecer desde lo alto de mi departamento en Nueva York. Rodeada de silencio y comiendo sola me atrevía a incluso extrañar las pláticas de Richard y Samuel sobre Hawtz e inversiones financieras. Pero más que nada extrañaba esas cenas en el comedor de toda la vida, con Richard y Samuel poniendo atención a lo que la tía Belle decía, con Hakon y Edith conversando en voz baja, con mi Todo a mi lado sirviéndome su comida que no le gustaba en mi plato cada que yo me distraía.
Extrañaba las cenas en casa, las tardes en la habitación de Edith siendo maquillada por ella. Extrañaba sus consejos y sus abrazos. Extrañaba la protección de Hakon y como nunca lo oía por la casa, pero sabía que cuando él estaba cerca yo estaba segura. Extrañaba la paternal mirada de Samuel, el "bien hecho" de Richard, y las idas de compras con Belle.
Lo extrañaba todo de él.
Él me había creado una vida perfecta, me había rodeado en una bonita y cuidadosa bola de cristal asegurándose que todo en mi vida fuera siempre brilloso, bonito y alegre. Desde mis cuatro años hasta mis dieciocho había vivido una perfecta fantasía encerrada en esa perfecta bola de cristal. Y lo agradecía y lo valoraba. Axel me cuidó de todo lo que pudo y todo el tiempo que pudo hasta que entendió que esos mismos cuidados me estaban dañando.
Me di cuenta de que mi corazón no era lo único tan frágil como el cristal. Mi vida entera había sido siempre cristal, brillante, hermosa, pero muy frágil. Un pequeño golpe como fue perder a mi mejor amigo creo una craqueada que se siguió extendiendo a lo largo de mi vida haciéndome sentir destruida por dentro. Pero había aprendido a levantar las piezas de mi delicada vida yo sola, a acomodarlas, a darles nueva forma. Mi vida de cristal era ahora más brillante que frágil.
Toda mi vida creí que estaba en medio de una tragedia, por haber perdido a mis padres a joven edad, por haber perdido al abuelo después, y luego a mi mejor amigo. Pero siempre había sido afortunada. A pesar de todo nunca había estado sola. Ni siquiera ahora que despertaba en un silencioso departamento y cenaba sin compañía. Porque ahora sabía valorar la compañía que nunca faltaba, la que siempre estaría, la mía. Yo siempre había estado ahí, pero le había dado más importancia a la presencia de otros.
Habían tenido que pasar cinco años para que yo comprendiera quien era la persona más importante en mi vida, pero ahora que lo sabía, valoraba más a quienes me habían querido incondicionalmente antes, a quienes se habían dado cuenta de mi valor antes de que yo lo hiciera, mi familia y amigos.
-Y tú, claro. -Salí de mis pensamientos para decirle eso a Lindo, mi gato blanco. Lo había encontrado una lluviosa tarde aun siendo un bebé, empapado y temblando escondido en la estación de metro. Me lo había llevado a mi casa, le había dado leche, lo había dejado dormir en mi cama, y luego había descubierto que era un gato blanco y no gris como había creído en un principio. Me compadecí de su soledad y malos cuidados, así que ya teníamos cinco años viviendo juntos.
-Cielos, voy a extrañarte, Lindo, promete que te portarás bien con Cooper ¿sí? -Le pedí yo terminando de empacar. -Sé que no nos hemos separado en años, pero será sólo el fin de semana. -Le dije yo en lo que escuché a alguien ya llamando a la puerta.
-Y ese debe ser el tío Cooper. -Le dije a mi gato ya apurándome a salir de mi habitación para correr a abrir la puerta.
-Ey. -Me saludó mi amigo, éramos vecinos de departamento desde hace tres años, y ambos teníamos una pasión por el teatro. Cooper era actor profesional en musicales de Broadway, yo era una crítica de teatro para una revista digital.
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Mi Vida de Cristal (#4 Saga Cristal FINAL)
ChickLitEmi empieza su último semestre en Hawtz, ella y Alec deben decidir a qué universidad atenderán, mientras a Axel lo acechará su pasado. La tragedia unirá las piezas de un corazón roto, pero a cambio se ha de romper otro. Esta es la parte final de la...