Mi Vida de Cristal (#4 Saga Cristal FINAL)

Capítulo 19. El amor está en el aire.

El sábado desperté y estiré mi brazo hacia mi celular para ver la hora y responder mi mensaje a Axel, pues casi siempre me mandaba algunos a medianoche o más por la madrugada, pero esta mañana no había ningún mensaje. Y eso me hizo terminar de despertar recordando que mi vida ya no era igual como hace unos días.

Axel y yo habíamos terminado. Y aunque estaba satisfecha con mi decisión, también lo extrañaba un poco, y eso que prácticamente acabábamos de terminar.

Salí de la cama sabiendo que si me quedaba ahí sólo estaría pensando en Axel. Así que me metí a bañar y me vestí y peiné para bajar a desayunar con mi familia.

-Buenos días. -Los saludé.

-Hola Emi. -Escuché sus saludos, y continuaron con su conversación. Hakon no estaba así que me senté con los adultos dispuesta a comer sin hablar con nadie, pues realmente no me interesaban sus conversaciones.

-Hoy es tu baile ¿cierto, Emi? -Me preguntó Belle por lo que elevé la atención de mi desayuno. Asentí.

-Me iré a arreglar las uñas para que combinen con mi vestido. -Les conté mirando mis uñas limpias. Ellas asintieron.

-¿y quién es tu cita para el baile? -Me preguntó Belle.

-Uhm no tengo, iré con mi amiga. -Mentí yo.

-¿con Dylna? ¿no irá con su novio? -Me preguntó Samuel confundido.

-Ah sí...

-¿y tú...también irás con ellos? -Preguntó Belle desconcertada.

-Bueno, en realidad iré con eh un grupo de amigos, de Ángelo, no es como que iré con ellos tres, seremos varios. -Mentía yo.

-Es raro, así no era con mis hijos. -Dijo Belle confundida.

-¿Edith salía con chicos? -Supuso Abellina.

-Sí, Edith siempre tuvo citas para sus bailes. -Contó Belle incluso consternada, ambas preocupadas por mí por lo que puse los ojos en blanco con discreción y seguí con mi desayuno mientras ahora ellas susurraban entre ellas, por seguro aun hablando de mí.

-¿segura que no tienes una cita? -Me preguntó Samuel en voz baja, quien sabía que Alec y yo éramos muy cercanos, por lo que hice una mueca.

-No les voy a decir. -Le susurré, y con eso entendió y asintió un poco. Seguimos desayunando y yo subí a lavarme los dientes y maquillarme un poco.

Bajé las escaleras tratando de averiguar quién era el desafortunado que se cruzaría en mi camino primero para que le pidiera dinero. No hubo nadie, así que me fui a asomar a la oficina de Samuel y Richard abriendo un poco la puerta.

-lotería...-Murmuré para mi misma al notar que Samuel estaba solo, y yo quedé paralizada al notar lo que hacía.

-¡Oh por Dios! -Exclamé apurándome a entrar a la oficina cerrando la puerta tras de mí, pero Samuel había escondido el regalo rojo tan rápido como me escuchó.

-¡Muy tarde! Ya lo vi, estás preparando un regalo de San Valentín ¿Para quién, eh? -Me apuré a preguntar corriendo a él.

-¿me espiabas? -Se dio cuenta.

-Sí ¿Qué importa? -Pregunté cruzándome de brazos.

-Emi ¿Qué quieres aquí? -Preguntó.

-Ah venía a pedir dinero, pero ahora me interesa más eso. -Dije queriendo abrir el cajón donde él había echado el regalo, pero lo cerró de golpe. -¡Samuel! Déjame verlo. -Le pedí.