Axel's P.O.V.
¿Qué era ese molesto timbrado? Había un ruido interfiriendo en mi sueño. Fui abriendo los ojos lentamente. Noté que no era de noche, quizás apenas se iba el sol, pues sólo iluminaba una pequeña lampara a mi lado en medio de la oscura habitación.
¡¿Dónde estaba?!
Abrí los ojos aún más. Miré a un lado y luego al otro sin reconocer el lugar.
-Dios mío...tranquilo...-Escuché un femenino susurró que sonaba aún más impresionado que yo ¿Era Emi? ¿Quién había sido? Había sonado familiar y cariñoso, pero al mismo tiempo me desconcertaba no reconocerlo por completo. Me dolía la cabeza. Cerré los ojos otra vez. Y tras unos segundos, sentí una cariñosa mano, unos suaves dedos acariciando mi adolorida frente con lento cariño. Debía ser Emi. Se sentía muy bien.
Mi cuerpo se fue destensando por esas suaves caricias en mi frente. Incluso el dolor de cabeza fue disminuyendo.
-¿Emi...? -La llamé sin poder abrir los ojos.
-Shh...-La oí diciendo, y entonces había dado un pequeño beso sobre mi frente. -Voy a traer a un doctor. -Dijo ella bajo ¿Era Emi? No le reconocía esa voz ¡Doctor! ¿había dicho doctor? Volví a abrir los ojos, los pasé de un lado a otro entendiendo que estaba en un cuarto de hospital.
-¿Emi...? -La llamé asustado. Necesitaba explicaciones ¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba otra vez en el hospital?
-No te asustes, mi amor. -Sentí un escalofrío dispararse por mi cuerpo entero. Incluso la cabeza dejó de doler por ese segundo en el que por fin reconocí la voz.
Estaba más asustado que antes.
Fui moviendo el cuello lentamente hacia un lado. Asustado por lo que vería, o lo que no vería. Pero esta vez sí la vi, iluminada por la lampara a mi lado. Era otro sueño. Pero era un sueño diferente, Rose se veía diferente. Quedé paralizado sólo viendo esa imagen que me atormentaba tantas noches. Ese recuerdo que siempre me hacía doler el pecho. Pero esta vez no desperté, y ella no desapareció tan rápido como en cada sueño.
-¿Estoy...muerto? –Por fin comprendí.
-Axel...-La oí quejándose bajo. La miré estremeciéndome otra vez.
-No eres real. -Me apuré a acusar. -No es verdad, déjame en paz. -Me sentí al borde de las lágrimas al no saber qué estaba pasando. Al no entender qué hacía ella en mis sueños otra vez. No se sentía como un sueño.
-Me duele la cabeza déjame en paz. -Me apuré a pedir subiendo las manos a mi cara esperando que cuando volviera a abrir los ojos estuviera solo en mi habitación de siempre. Pero el movimiento me causó un dolor en la mano. La miré de inmediato.
No otra vez. Pensé al notar la intravenosa en mi mano ¿Por qué estaba hospitalizado otra vez? Puse mi mano en ella preguntándome si podría sacármela. Me estaba lastimando.
-¡Axel, no! -Quedé quieto ante un tono tan autoritario. Una orden...como si tuviera alguna autoridad sobre mí ¿Cómo se atrevía?
-Tú...no puedes darme ordenes, no eres mi madre. -Dije firme y claro. Y casi me arrepentí al instante al ver el dolor que mis simples palabras le habían causado. Se le habían llenado los ojos de lágrimas.
-Ah, ahí está, el verdadero Axel Greenstone, te lo presento. -Ahora escuché una voz que desafortunadamente ya sabía reconocer bien.
-¿estoy en el infierno? -Pregunté mirando tras de mí. En un sillón estaba Alec Rutz, pero al menos noté que mi padre estaba sentado con él. -¡Papá! -Exclamé aliviado. Él se levantó para acercarse a mí.
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Mi Vida de Cristal (#4 Saga Cristal FINAL)
Chick-LitEmi empieza su último semestre en Hawtz, ella y Alec deben decidir a qué universidad atenderán, mientras a Axel lo acechará su pasado. La tragedia unirá las piezas de un corazón roto, pero a cambio se ha de romper otro. Esta es la parte final de la...