Epílogo

257 40 22
                                    

Mi blanco departamento se volvía a ver limpio y en paz ahora que Axel y yo habíamos terminado de desempacar sus cajas y maletas. Nos había tomado más de un mes poner todo en su lugar, pero ahora me sentía en nuestro hogar.

-Después de tantos años ¿puedes creerlo? -Pregunté dejándome caer a mi sillón blanco. Axel se sentó a mi lado cansadamente, pasando su brazo por mis hombros.

-El sueño de un par de niños hecho realidad. -Dijo satisfecho. Reí un poco.

-Creo que el abuelo estaría orgulloso. -Admití acercándome más a él, dio un largo beso en mi frente haciéndome sonreír.

-Sí, lo estaría. -Lo oí diciendo. - ¿no te molesta compartir tu closet? -Me preguntó interesado. Reí un poco.

-Admito que no es algo que esté acostumbrada, pero...por ti, puedo hacer el sacrificio.

-Qué generosa, linda, gracias. -Dijo acercándose a dar otro beso en mi frente. -Yo puedo compartir mi cama contigo.

-¡Es mi cama!

-Ahora es de los dos. -Me molestó.

-Pero si me haces enojar te mandaré al sillón a dormir. -Le advertí, rio un poco.

-Sí, ¿y sabes que pasaría después? -Preguntó.

-Mm...sí. -Admití acercándome a abrazarlo mejor. No podría desperdiciar ni una sola noche de no estar a su lado. Él rio subiendo su barbilla a mi cabeza.

-Exactamente, linda. -Dijo acomodándome en sus brazos. -Lindo se quedaría solo en tu grande cama.

-Ah eso le encanta. -Admití

-Y no estaría mal dormir en el sillón contigo. Estaríamos más juntitos. -Dijo oprimiéndome entre sus brazos. Reí intentando alejarme. Él también rio soltándome. Me fui acomodando el cabello sin poder dejar de verlo a él, deseando en silencio que ahora nada nos separara otra vez.

-¿te gusta vivir conmigo? -Susurré acercándomele otra vez.

-Me encanta. -Lo oí diciendo al tomar mi mano. Sonreí y lo miré.

-¿es como siempre lo habías imaginado? -Pregunté. Él subió mi mano a sus labios para besar mis nudillos.

-Es mejor. -Aseguró.

-Lo sé...-Susurré acercándome, apenas lo besaría cuando él se alejó un poco.

-Ahora que terminamos de desempacar, me falta enseñarte lo último. -Me dijo él. Lo miré atenta.

-¿Qué?

-Te traje algo, algo importante. -Dijo él levantándose un poco para sacar una caja del bolsillo de su pantalón. Sonreí suponiendo que sería algo que me había robado hace muchos años. Él sacó el collar de plata.

-Ya era hora...-Murmuré. Rio un poco

-Sólo lo tomé prestado.

-¡Por cinco años! -Me quejé.

-Ey lo usabas a diario, quería algo que me recordara a ti siempre.

-Bueno ¿y ya no lo necesitas? -Pregunté sabiendo que en sus juegos de beisbol televisados había notado que casi siempre al final del juego que ya había corrido y se había movido mucho, se le salía mi cadena de la playera dejándome verla. Él se había hecho del hábito de usar mi collar bajo su ropa tanto como yo la había mostrado en mi pecho con orgullo durante mi adolescencia.

-La usaba para sentirte cerca. -Se defendió.

-Yo la usaba por lo mismo. -Murmuré recordándome en mi adolescencia pensando en Axel cada mañana que me ponía el collar.

Mi Vida de Cristal (#4 Saga Cristal FINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora