20 de Enero de 2021 10:50 pm, Estambul Turquía.
Lilith Romanov Verro.
Se quedó inerte al tener la fotografía en sus manos, con el rostro y las marcas que jamás podría olvidar porque aparecía en sus pesadillas, en los recuerdos que trataba de borrar y ocultar. Ahí, sentada en el asiento del avión, con decenas de documentos, fotografías y declaraciones sobre la mesa, estaba el origen de todo, quien la orilló a tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre.
La premura de la misión los obligó a partir antes de planear e investigar, por lo que ahora estaban reunidos en el jet leyendo e informándose antes de planear un golpe que fuese lo suficientemente efectivo para cumplir con su objetivo, asesinarlo. Su estómago se revolvió al leer todo lo que ese hombre había hecho a otras chicas que, al igual que ella, terminaron bajo su control.
Su respiración se volvió anormal al igual que sus latidos, la sensación de asfixia y peligro recorrió todo su cuerpo haciéndola sudar frío. Dejó la fotografía sobre la mesa con su pulso alterado y dirigió sus manos hacia el cinturón de seguridad para quitárselo y levantarse, pero sus manos se habían vuelto torpes, por lo que tardó en liberarse.
Aysel notó su desesperación al levantarse y prácticamente salir corriendo hacia la parte trasera del jet donde se encontraba el baño, pero Lilith no se preocupó por ser vista. Simplemente, se encerró en el pequeño compartimento con el seguro puesto en la puerta, tratando de calmar todas esas sensaciones horribles que experimentaba. Las memorias comenzaron a fluir, trayendo consigo múltiples escenas de abuso físico y emocional que habían deteriorado su persona significativamente con el paso del tiempo.
Cuando se miró al espejo, se vio a sí misma con las heridas del pasado en su rostro e incluso en su propio ser interior, tan herido y lastimado que aún tenía las secuelas de aquel tiempo tan amargo y asqueroso que dejaba un mal sabor en su boca. Su mano se hizo un puño poniendo sus nudillos en blanco, apretando fuerte mientras despreciaba esa parte de su vida. A sus espaldas vio ese mismo rostro de la fotografía, su mirada de infeliz y su sonrisa de desgraciado que seguía detestando, todos esos signos en su expresión que hacía al burlarse de ella diciéndole que era patética. Lilith golpeó el pequeño espejo rectangular una y otra vez para dejar de ver esa imagen, sin preocuparse con el daño en su mano cuando algunos trozos de cristal se incrustaron en su piel, dejando la marca de su sangre en el espejo cuarteado.
Fue entonces que se dio cuenta de que Ferrara estaba al otro lado de la puerta, tocando insistentemente y llamando su nombre pidiéndole que le abriera. Romanov se recargó en la pared con su mano herida y cerró sus ojos un momento mientras su otra mano quitaba el seguro. Lo siguiente que percibió fue la preocupación de su novia al verla herida, Inés entrando para revisarla. Las dos la sacaron de ahí para que regresara a su asiento mientras Inés la atendía.
Nadie entendía que había pasado y Romanov no estaba en la posición de explicarles algo que quería dejar enterrado dentro de todos sus recuerdos. Ferrara vio en sus ojos esa pena inmensa que trataba de esconder. Romanov tomó la fotografía del tipo y la apretó en su mano haciéndola una compacta bola de papel. Lilith sabía lo que tenía que hacer y no quería que nadie se interpusiera en su camino.
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Cargó las balas de su arma antes de salir de la zona de preparación en la propiedad abandonada y dirigirse hacia la camioneta en donde esperaban todos. Subió al asiento del copiloto sin decir nada y tampoco sin ver a nadie. El auto arrancó avanzando por las calles de Estambul mientras las farolas de luz alumbraban un camino deteriorado y solo, que acompañaba su madrugada. Miró su mano derecha vendada y asegurada con un guante de cuero, luego observó su reflejo en el retrovisor, sus ojos estaban irritados y su expresión era la definición de severidad.
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SOUFFRANCE | Primer Libro
Narrativa generaleAysel Ferrara Ávila es una asesora mexicana cuya vida está afectada por dos cosas, la primera de ellas, un trauma que dificulta su manera de relacionarse con otras personas, y la segunda, una vida criminal la cual debe de mantener oculta por el bien...