Capítulo 49: El Comienzo de la Primevera

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20 de Marzo de 2021 5:27 pm, Londres Reino Unido.

Lilith Romanov Verro.

Dejaron un rastro de sangre y cadáveres a medida que avanzaron por la propiedad. Los jardines con arbustos perfectamente estilizados y el césped bien cortado fue el último descanso de los cartuchos vacíos de sus armas que no pararon de disparar hasta que el último respiro de vida saliera de los labios de cualquiera que se cruzara en su trayecto.

Localizar a Ethan cuando este quería ser encontrado, fue fácil aunque no lo fue tanto eliminar a dos docenas de hombres y mujeres con entrenamiento militar que custodiaban la propiedad donde Dávila se resguardaba. Lilith reconoció a algunos desertores que estuvieron bajo su mando durante el entrenamiento militar, sus mismas enseñanzas la pusieron a prueba durante poco más de media hora de tiroteo en el que claramente llevaban la desventaja por ser solo cuatro.

Sin embargo, la gran ayuda vino por parte de Madelayne y los explosivos que acabaron rápidamente con las primeras líneas de defensa haciendo la tarea de avanzar y adentrarse al recinto mucho más sencilla. Matías y Aysel terminaron de despejar los tejados antes de unirse a ellas en el jardín central.

—Todo libre, jefa —habló Matías con la respiración agitada.

—Según Lorena, Ethan está en el comedor principal —anunció Aysel.

—¿Armado? —preguntó Lilith.

—No sabemos. Pero si quieres, lanzo una bomba como elemento sorpresa —Madelayne revisó el interior de su mochila para checar su repertorio—. Olvídalo, ya no tengo.

—Bien —Romanov pensó antes de hablar—. Madelayne y Matías, ustedes nos cubren. Ferrara, vienes conmigo.

Todos asintieron aceptando sus órdenes que fueron pronunciadas con su acento ruso marcado por la presión que Lilith tenía encima. Los hermanos se pusieron en posición para después abrir la puerta principal de golpe.

—La forma en que hablaste sonó muy sexy —habló la castaña junto a ella recargando su FN P90.

—Ahora no, Aysel —contestó Lilith con una leve sonrisa en su rostro.

—Ya, perdón. Me concentro.

En conjunto, los cuatro avanzaron por el pasillo hacia el gran comedor. No encontraron mayor resistencia más que un par de personas que apenas si tuvieron la oportunidad de regresar el fuego, ya que Lilith les había disparado a la cabeza. Los hermanos prosiguieron a registrar cada una de las habitaciones para despejarlas en lo que Ferrara y Romanov se adentraban al comedor con cautela.

Detrás de las puertas altas de madera de lujo con detalles dorados, una amplia mesa con múltiples lugares, candelabros y cubiertos de plata las esperaba con un único comensal sentado a la cabecera. El hombre de tez clara, ojos, cabello y barba oscura estaba ahí cómodamente sentado degustando del variado banquete que se extendía a lo largo de la mesa rectangular y alargada de caoba.

Ethan apenas sí alzó la mirada al verlas apuntándole. Él siguió cortando el trozo de carne con los cubiertos de plata para después llevar ese bocado a su boca. La escena ciertamente era desconcertante para ambas chicas que temían alguna emboscada o sorpresa de su parte, pero él parecía estar completamente solo e indefenso.

—Llegaron justo a tiempo —pronunció con su acento inglés marcado—. Espero que me disculpen por no haberlas invitado a cenar, mi apetito no podía aguardar demasiado.

—Se acabó, Ethan. Ya no tienes salida, tu gente está muerta y tenemos el control —habló Lilith.

—Ah, ya terminaron con mis hombres. Bastante impresionante, señoritas. Creí que demorarían más —habló tranquilo como si no le importara nada—. Me disculpo por mi error, debí haber contratado más personas para que se entretuvieran.

SOUFFRANCE | Primer LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora