Capítulo 44: Angustia y Pretérito

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05 de Marzo de 2021 10:03 pm, Ciudad de México.

Lilith Romanov.

(Recuerdo de Lilith).

Ser observada durante un par de segundos cada vez que salían del plantel, parecía una parada obligada para cada una de las personas que salían del edificio de la universidad al terminar con su jornada. Las miradas de estudiantes, profesores y otras cuántas personas, se posaban sobre ella durante un par de segundos o incluso minutos que en su mayoría no eran para nada discretos.

Romanov estaba recargada sobre su motocicleta con un cigarro encendido en su mano bajo la luz de la farola, cerca de la entrada de la universidad a la que asistía su novia. No era secreto que Lilith era una mujer atractiva que robaba la atención de todos los que la veían por su cabellera rubia rizada, los múltiples tatuajes en su rostro y torso e indudablemente la belleza y delicadeza de su rostro que se asemejaba al de una princesa.

Para los 20 minutos que llevaba esperando a Aysel, ya había recibido halagos de algunos chicos y chicas que se acercaron valientemente a pedir su número, pero que Lilith ignoró haciéndose la desentendida con la excusa de que no sabía hablar del todo bien español. No era la primera vez que se presentaba así, por lo que ya era conocida entre las bocas chismosas del plantel como la novia extranjera de una estudiante de posgrado a la que media universidad le tenía envidia.

Romanov terminó su cigarro y se apartó de su motocicleta un momento para tirar la colilla en el bote de basura cercano. Al hacerlo, fue capaz de escuchar algunos murmullos cuando pasó muy cerca de un grupo de personas que se acercaron a la salida.

—Ahí está otra vez —pronunció una de las chicas del frente—. Esa es la motocicleta de la chica esa que les dije.

—Dicen que es una tatuadora bastante exclusiva, pero que es extranjera y no habla mucho —respondió un chico a su lado.

—Pues honestamente a mí no me molestaría pasar horas encerrado en un estudio si una mujer como ella está tocándome —comentó otro del grupo de forma pícara—. El dolor del tatuaje sería lo de menos.

Un par concordaron asintiendo y riendo sin percatarse de que la persona de la que hablaban estaba justo a unos pasos de ellos escuchándolos perfectamente.

—¿Quién creen que sea su novia? —cuestionó una chica con interés—. Tal vez la conocemos.

—Pocas veces la he visto, dicen que es una chica educada pero no muy sociable. No recuerdo su nombre exactamente —respondió otra chica—. No deja que se acerquen mucho a ellas cuando están juntas.

—No importa como se llame, eso no me quita las ganas de bajarle a su novia —habló un tipo cruzando sus brazos con una mirada de superioridad—. Ahora que lo pienso, podría intentarlo esta noche.

—Dudo que quieras hacer eso, David —habló una joven de cabello corto castaño, ojos claros y una mirada severa que se enfocó en el nombrado mientras se acercaba al grupo.

La chica los observó de forma seria luciendo una camiseta negra ligeramente holgada, unos cómodos pantalones de color gris y su chaqueta de color café que llevaba sobre su antebrazo, mismo que cargaba su mochila donde llevaba sus cosas. Romanov se dio la vuelta de forma en que Ferrara no pudiera reconocerla, pues pretendía seguir escuchando lo que hablaban, aunque desde su lugar podía observar de reojo sus reacciones.

—No deberías de soltar comentarios así si no sabes quién puede estar escuchándote —dijo Aysel parándose a su lado.

—¿Por qué tanto interés, Ferrara? —habló David—. ¿Acaso conoces a la novia de la mujer de la motocicleta? Francamente, me sorprendería porque no eres el tipo de persona que podría terminar involucrada con una rubia tan atractiva como ella.

SOUFFRANCE | Primer LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora