HABITACIÓN 001 [+21] [2 PARTE DE CELDA 001] [TERMINADO]

CAPÍTULO 4

BABI

– ¿Te encuentras mejor? - pregunta el médico entrando por la puerta.

– ¿Puede venir mi novio? - pido.

– Primero tenemos que hablar seriamente – Steven se sienta a mi lado.

– Me encuentro mejor – respondo a su pregunta anterior deseando que no me de la chapa.

– No me gusta meterme donde no me llaman, pero te conozco desde hace tiempo y te he cogido cariño – se ajusta las gafas - ¿Se puede saber que se te ha pasado por la cabeza para dejarte de esta manera?

– No volveré hacerlo – digo porque no tengo explicación.

– Si quieres mantenerte con vida a ti y a tu bebé, me temo que no.

– ¿Puede entrar ya mi novio? - me desespero.

– Barbara tienes una anemia que ahora mismo está controlada, pero si te vuelves a descuidar en algún momento pasará lo mismo o algo peor. No quieres eso, ¿verdad?

– No – respondo.

– Estarás aquí durante una semana para ver como digieres el tratamiento. Si estás bien, podrás irte a casa a descansar siempre y cuando sigas una dieta estricta por unas semanas más hasta que tus niveles vuelvan a la normalidad.

– De acuerdo – digo.

– Bien – se levanta – no debes ponerte más nerviosa de lo normal, podrías empeorar.

– Vale – asiento.

– Voy a avisar a tu novio.

Espero impaciente a que vuelva Varek.

Desde hace dos días que desperté no he dejado de pensar en que de verdad he estado a punto de morir. Cuando fui consciente y lo supe, solo se me podía venir dos personas a la cabeza. Mi hija y Varek.

He visto pasar la muerte por delante de mí y me he arrepentido a cada momento de no haber perdonado antes a Varek.

Me acuerdo de la última conversación que tuve con Shana y ahora entiendo lo que quería decir. Me estaba haciendo ver que somos personas, y como tales cometemos errores.

Me he dado cuenta que soy la menos indicada para echar en cara malas palabras o actitudes. Yo también las he tenido y a diferencia de mi a él jamás se le ha pasado por la cabeza dejarme.

He tenido mucho miedo al pensar que no podía recuperarme y que no podía vivir mi vida junto a él y nuestro bebé. Ahora empiezo a valorar todo mucho más y creo que hemos peleado por cosas que de verdad no tienen importancia.

Pensamos que la vida es eterna y estamos muy equivocados. No sabes cuando puede ser la última vez que veas, abraces o beses a alguien.

Sigo pensando en que vamos a tener diferencias, porque es lo normal. Ninguna relación es perfecta y no vamos a serlo nosotros. Pero a partir de ahora, antes de tomar una decisión que pueda afectarme de esta manera, lo voy a pensar dos veces.

Varek aparece en la puerta y le sonrío enamorada.

Estoy recuperando la felicidad que no he sentido en todo este tiempo.

– ¿Cómo están mis niñas? - deja un beso en mis labios y otro en mi barriga.

– Felices de tenerte – le acaricio la cara.

– ¿Cómo te sientes? - pregunta sentándose en la silla de al lado.

– Un poco más fuerte – admito.

– ¿Te han traído la comida?

– Todavía no.

– Debería estar aquí ya.