HABITACIÓN 001 [+21] [2 PARTE DE CELDA 001] [TERMINADO]

CAPÍTULO 19

SARAH

Me muevo por la habitación nerviosa. Drake a mi lado se muerde la uña, nervioso también. En breves tiene que llegarme un correo con la nota del examen.

– Tranquila – me coge la cara con las manos – vas a estar aprobada.

– No sé por que tarda tanto – me impaciento.

Vuelvo a mirar la pantalla del ordenador y nada. Inspiro hondo y me siento en la cama con él.

– Melody sabe mi nota – le digo – si hubiese sido buena me lo habría dicho.

– No tiene nada que ver – me pasa la mano por la espalda.

– AAAA – grito cuando suena la notificación de un mensaje.

– ¡Corre! - exclama - ¡Míralo!

– Ábrelo tu – me tapo la cara con las manos muerta de miedo.

– Venga Sarah, hazlo.

– Hazlo tu por favor – pido en un susurro.

Se levanta y va hacia el portátil. Miro por el rabillo del ojo y no veo su expresión. Se gira lentamente hacia a mi y esta serio.

– He suspendido – sollozo.

– Sarah... - se agacha hasta quedar a mi altura.

– ¿Con cuanto? - pregunto temblorosa.

– ¡CON UN PUTO 9,3! - me coge en brazos – ERES UNA MÁQUINA.

– ¿EN SERIO? - chillo – NO ME LO CREO.

– Creételo – me da mil besos – siempre he confiado en ti.

– ¡Eso es muchísima nota! - exclamo yéndo hacia el ordenador.

Es cierto, sale 9,3. cojo el móvil y marco el número de Melody.

– ¿La has visto ya? - pregunta cuando contesta.

– ¿Esa nota es real? - me tiembla la voz.

– Tan real como la vida misma. Enhorabuena mi niña, sabía que podías hacerlo así de bien.

– Dios – se me caen las lágrimas – es un sueño.

– Disfruta de la buena noticia. Esta tarde quiero que estés concentrada al máximo – me recuerda.

– Lo estaré.

– Tienes que dar lo mejor de ti, Sarah. Lo vas a hacer genial.

– Nos vemos allí. Muchos besos, te quiero.

– Yo a ti también.

Tiro el móvil a la cama y abrazo a Drake con todas mis fuerzas.

– Tranquila – se ríe – se te va a salir el corazón.

– Es que estoy muy feliz.

– Yo también lo estoy amor – me da un beso – esta noche ya serás libre.

– ¿Por qué tanto jaleo? - abre mi padre la puerta.

Corro hasta él y lo abrazo igual de fuerte.

– Has aprobado – afirma con una sonrisa en sus labios.

– Si – asiento.

– Nunca he dudado de que tengo a la mejor – me abraza fuerte.

– ¿Y Shana? Quiero decírselo.

– Está en la ducha.

Voy corriendo hasta su habitación y entro en el baño. Abro la mampara y mientras que Shana grita asustada, yo grito emocionada. La abrazo mojándome pero me da igual. La felicidad no cabe en mí.