HABITACIÓN 001 [+21] [2 PARTE DE CELDA 001] [TERMINADO]

CAPÍTULO 11

BABI

Hemos pasado toda la mañana visitando las playas de Ibiza. Son un espectáculo, tengo claro que quiero volver en algún momento.

Mañana volvemos al puerto de Mónaco y la aventura se acaba. He estado increíblemente agusto, me gustaría hacer un viaje en familia por lo menos una vez al año.

Todos nos hemos olvidado del problema que tenemos en Derby y hemos disfrutado. En mi cabeza se quedan todos los momentos grabados a fuego. Repetiría este viaje todos los días de mi vida.

A excepción de la arpía que se le acercó a mi novio. Si no hubiese sido por él, habría acabado con ella en un abrir y cerrar de ojos.

Jamás he permitido que nadie pase por encima de mí y no lo va a hacer esa persona. Espero no volver a encontrármela el resto de tarde, no quiero cambiar de opinión en cuanto a este viaje.

Tocan a la puerta y abro ajustándome el bikini.

– ¿Estás lista? - pregunta Shana con una sonrisa radiante.

– Cojo el bolso y salgo.

Queremos aprovechar la última tarde en la piscina. Es donde más agusto estamos y queremos disfrutar los últimos rayos de sol. Menos mal que en nada está aquí el verano; no voy a perder el moreno que he conseguido estos días.

– ¿Los demás ya están ahí? - pregunto.

– Si – asiente – Bueno, menos tu hermana y Drake – ríe.

– Ellos en vez de aprovechar la piscina querrán aprovechar la cama – me río con ella.

– Es normal. En casa de tu padre están más limitados.

– Ya – asiento – que disfruten como quieran.

Llegamos y dejo mis cosas en una tumbona. Me quito las gafas de sol y observo a Varek haciendo largos en la piscina. Está vacía a excepción de una persona que nos da la espalda. Voy sigilosa hasta el borde y cuando emerge del agua me tiro riendo casi encima de él.

– ¿Quieres matarme o qué te pasa? - tose.

– Jamás – sonrío inocente.

– Como Emy tenga tu maldad me pego un tiro – se ríe.

– Oye – le doy un manotazo en el hombro – tu tampoco eres un santo.

– Cállate y bésame.

Enredo mis piernas en su cuerpo y paseo mi lengua por su boca. Al final no pude cumplir lo que dije sobre no follar. Me ha reventado cada una de las noches que hemos estado aquí.

Pero no me arrepiento, lo he disfrutado como nunca. Pienso en que cuando nazca Emy tendremos menos libertad así que todo lo que pueda aprovechar lo voy a hacer.

– ¿Qué te vas a poner esta noche? - sonríe pícaro.

Al ser la última noche volvemos a tener cena de gala, aunque podemos vestir como queramos, no tenemos que ir de un color específico.

– Sorpresa – levanto las cejas.

– No te pongas un vestido tan corto como el otro día. No voy a poder soportarlo – hace un puchero.

– A mi me gustó – palpo su erección por debajo del agua.

– Ni se te ocurra – intenta apartarme.

– No voy a hacer nada – sonrío inocente.

No quiero que descargue sus ganas ahora. Quiero esperar a esta noche y cerrar el viaje con un broche de oro.