Capítulo 17: La rendición

197 10 2
                                    

Dereck Miller

Despierto con un fuerte dolor en mi cabeza y garganta, mis músculos están tan tensionados que siento que ni me puedo levantar. Observo a mi alrededor e intento recordar dónde estoy o cómo llegué aquí.

Retiro la cobija que está sobre mí y entonces me doy cuenta que estoy recostado sobre un sofá. Con mis últimas fuerzas logro sentarme sobre él y el dolor de cabeza que tenía aumenta significativamente. 

Mierda, no debí haber ido a esa fiesta.

Es entonces cuando lo recuerdo, la fiesta, Camila, los tragos, el baile y... Thea.

Examino a mi alrededor buscando respuestas y en eso me percato de que estoy en el apartamento de Thea.

—Hey, despertaste —volteo hacia detrás mío y veo a una Thea de brazos cruzados recargada sobre la entrada a la cocina.

Tallo mis ojos y arrugo mi nariz —¿Qué hago aquí?

—No podía dejar que te dieran una paliza anoche, estabas muy borracho.

Me levanto y camino hacia donde ella está, entro a la cocina y ella me sigue —Estoy preparando mi almuerzo, ¿quieres que te sirva?

Niego —¿Por qué hiciste eso?

—¿Mi almuerzo? Pues porque tengo que comer.

La miro sin gracia —Sabes de lo que estoy hablando.

Ella suspira —Ya te lo dije, comenzó una pelea y como el completo idiota que eres, quisiste intervenir, pero terminaron golpeándote, así que no te iba a dejar así.

Pongo mi mano sobre mi frente y es cuando siento un leve rasguño en ella, Thea se acerca más a mí para observarme la herida —Pareces estar bien, anoche te limpié la herida y mientras lo hacía me pateaste como tres veces, pero no me quejo, me lo merecía después de...

—No te pedí que hicieras esto —le interrumpo.

—Lo sé, lo hice porque quise.

Niego con desaprobación —Thea, no me agrada la idea de que seas considerada conmigo, te dejé en claro el otro día lo que quiero.

—Justamente de eso quería hablar, pero ¿deberíamos almorzar primero? 

Sí tengo hambre, pero no pienso seguir más aquí, lo que menos he querido en estos días es toparme con Thea, porque sé exactamente que si la veo, el intentar superarla será nulo. 

Además, Thea cocina terrible.

—No, ya me voy —digo saliendo de la cocina.

Thea me sigue —Hey, pero tú...

Me dirijo hacia la puerta —Gracias por esto, de verdad. Pero por favor no vuelvas a hacerlo.

Ella ríe neutramente —¿Que no vuelva a hacerlo? Dereck, te hubieras quedado quizás en la calle si no te hubiera traído aquí.

—Pude habérmelas arreglado solo.

Una sonrisa sarcástica se forma en sus labios —Claro, con tu súper conciencia en estado de ebriedad, manejarías y llegarías con bien a casa.

My Summer LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora