Capítulo 30: La Verdad

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Allen Brown

Los labios de Megan intentan moverse en sincronía con los míos, sin embargo no se lo permito y al instante me aparto.

Miro a Megan confundido y acaricio mis labios —¿Qué? —ninguna palabra puede salir de mi boca, estoy perplejo, impactado por lo que acaba de hacer —Megan... —lo que menos quiero ahora es que ella también se moleste conmigo.

Ella niega apenada —Tú... ¿no sientes nada? —puedo notar que se encuentra igual de confundida que yo —Creí que había tensión entre nosotros.

Muerdo mi labio por dentro, sin saber muy bien qué decir —¿Hice algo que te hiciera pensar eso? —pregunto con preocupación —Lo lamento si fue así, pero es que yo...

—No, no te preocupes —menciona ella —Lo siento.

—No tienes que lamentar nada —camino hacia ella e intento calmarla —Te has convertido en alguien importante, pero no te veo más allá que como una amiga.

Parece razonar mis palabras con cautela —Una amiga...

Siento que lo vuelvo a arruinar —Lo que quiero decir es que... —sin escucharme, ella se vuelve a sentar en el columpio y baja su mirada, yo hago lo mismo —Meg, no quiero que nada entre nosotros cambie, además todo está pasando muy rápido, no conozco mucho sobre ti.

—Allen... tengo algo que decirte —por la manera tan seria en la que lo menciona, noto que es algo importante, algo que no tiene nada que ver con lo que acaba de pasar.

—¿Qué sucede? —pregunto con intriga —¿Es algo malo?

Megan muerde sus labios —Sé que es desde hace muy poco que nos conocemos pero... te has convertido en una persona especial para mí. Dejando a un lado que haya dado un gran paso entre los dos, eres un buen amigo.

Intento formar una sonrisa sencilla —También te has convertido en alguien especial, Meg.

Ella me corresponde la sonrisa —Y es que es por eso que no puedo mentirte más —aquella sonrisa mía se desvanece al instante —Debo contarte la verdad.

Arrugo mis cejas —¿Qué verdad? —inquiero en saber —¿De qué hablas Megan?

—Es que hay un secreto que me ha tenido sofocada todo este tiempo —la inquietud en su voz es evidente, eso hace que comience a pensar que se trata de algo malo —De verdad que estoy harta de mantenerme en medio de todo esto.

—¿De qué secreto hablas, Megan? —esto de la intriga está comenzando a asustarme —¿Es algo malo? —vuelvo a preguntar —¿Qué es lo que sabes?

—Es... Thea —dice finalmente. Escuchar aquel nombre provoca que mi estómago se revuelva, ¿había algo más con ella? —Ella le ha estado mandando mensajes horribles a Lesslie, no sé qué es lo que... —al oír que su voz comienza a quebrarse, decido interrumpirla.

—Megan, Megan — la tomo del hombro en un intento para tranquilizarla —No te preocupes, eso ya lo sé —sus cejas se alzan sorprendidas —Es la razón por la que estoy molesto con ella, de hecho —y al escuchar sus palabras, no evito sentir un malestar en mí, eso indica que Megan lo supo todo este tiempo y no sabía cómo decírmelo por no querer delatar a su amiga. No me imagino por lo mucho que tuvo que pasar.

—¿Ya lo sabías? ¿De verdad?

Asiento —Pude hablar con Lesslie, ella me contó todo.

Una sonrisa se forma en sus labios —Oh, es un alivio —sonrío junto a ella, pero cuando su sonrisa desaparece y un rostro alarmante se forma en ella, la miro extrañado —No... no lo es.

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