Un suave y duro Ménage À Trois

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CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE:

El CLICK del cinturón.

Cae y yo nos miramos. No sabemos qué se supone que vinimos a hacer aquí y para colmo ya pasaron siete minutos y no hay señales de Meneredith.

Los niños y el adolescente no son buena compañía, ellos siguen en sus mundos jugando con el celular y las cartas, hasta parece que somos invisibles y Alonso y Reygi, los dos adultos que acabamos de conocer no se nos han acercado tampoco. Al parecer ver a su tortuga caminar es más interesante que dos extraños parados en su sala.

A pesar de la fría bienvenida, estoy tentada de acercarme al librero. Puede que esté lleno de polvo, puede que nadie haya usado estos libros en mucho tiempo, pero mi espíritu de lectora me dice que debo ir y al menos ver qué títulos hay. -¿Estaría mal si voy para allá?- señalo con mi mano la esquina aislada donde el librero se encuentra, Cae sigue el camino que apunto y duda por un segundo, pero yo ya estoy caminando hacia allí prestando mucha atención a nuestros acompañantes por si alguno me dice algo, pero para mí sorpresa nadie me llama la atención y Cae me sigue de cerca mientras husmeo entre el polvo. -¿Sabías de los cambios de planes de Meneredith?- le pregunto mientras tomo un libro y le soplo el polvo, Cae agita la mano en el aire y me ayuda a limpiarlo.

-No, me lo dijo en el camino hacia acá, aunque no dijo nada sobre hacerle la prueba a una babygirl - explica y asiento, sus brazos me rodean y juntos leemos el primer título "Orgullo y prejuicio". Nada mal, aunque lo leí cuando tenía quince. Lo regreso al librero y tomo otro libro. Todos son de tapa dura y algunos están en mejor estado que los demás, pero el segundo que más me llama la atención es azul y es más chiquito que los demás. Esta vez Cae le sopla el polvo por mí, pero antes de llegar a leer el título escucho "¿Estás seguro de que es él? No tiene cara de ser actor porno". Cae se tensa y sé que él también lo oyó. Ambos nos giramos al mismo tiempo, pero esta vez no son los niños, sino uno de los adultos, el mismo que le preguntó a su novio si estaba mal excitarse por Meneredith, Alonso.

-¿Crees que me oyeron?- le pregunta a Reygi cuando nuestras miradas se cruzan.

-Sí, te oímos- le respondo y contrario a la reacción avergonzada que yo tendría, él se empieza a reír y yo regreso a los libros.

Espero que Meneredith no se tarde mucho más, dudo que Cae pueda seguir ocultando el rubor de sus mejillas.

-Lo sentimos- se disculpa y oigo pasos acercándose así que regreso el libro y me volteo a verlos.

Uno es rubio, el otro castaño, pero desde lejos se nota que Alonso manda y Reygi lo sigue. De lo contrario Reygi ya lo abría ahorcado por ver de forma nada amistosa primero a Meneredith y luego a mi esposo.

-Así que...- murmura Cae jugando nerviosamente con los bolsillos de su pantalón. -¿Esta es su casa?

-No- responden ambos hombres -Es la mansión de los padres de Sanden- explica Alonso y señala por sobre nuestras cabezas.

Cae y yo nos giramos al librero y jadeo inconveniente al ver el cuadro que hasta ahora no había notado.

Un mujer y tres hombres están semidesnudos posando para la foto, los cuatro tienen sonrisas en sus rostros y enseñan los anillos en sus dedos.

-¿Cuál es el padre de Sanden? - pregunto, es obvio que la única mujer es la mamá, aunque él no se parece mucho a ninguno de ellos, definitivamente sacó los genes de ella.

-Todos- responde Reygi y volteo a verlos. -Los padres de Sanden tenían una relación poliamorosa- me explican y siento que necesito oírlo una vez más. -Pero eso no importa, ella y dos de sus esposos murieron, lo que quiero saber es ¿Tienes novio?- le pregunta a Cae y alzo la mano para enseñarles mi anillo, pero no está allí, no tengo un anillo.

-Es mi esposo- respondo y Cae etrelaza nuestras manos, ambos hombres intercambian miradas y se ven más asombrados que los niños cuando conocieron a Meneredith.

-Un momento ¿Tú no estabas con ese tal Mijaíl? - así que ambos vieron las noticias...

-Es una larga historia - contesto y vuelvo a ver el cuadro de la familia poliamorosa.

Ella se ve feliz, sus ojos brillan y hay mucha luz en su sonrisa, me hace preguntarme si alguna vez seré igual de feliz con lo que tenemos.

Es diferente, nosotros no somos cuatro, somos tres, pero ¿Eso no debería hacerlo más fácil? Ahora que la veo a ella, me pregunto ¿Alguna vez podré llegar a ser igual de feliz?¿Podré enamorarme de Meneredith de la misma forma en que siento por Cae?

-Es una larga historia- la voz de Cae me regresa a la conversación, él y los dos hombres entablan una rápida y graciosa conversación sobre el vídeo sexual, pero yo no dejo de pensar en la familia de Sanden y en mi relación.

¿Será que ya es hora de aceptarlos a ambos?¿Estoy lista para tener sexo con los dos al mismo tiempo? Y más importante aún ¿Podré verlos besarse o tener sexo entre ellos sin que mi corazón duela tanto?

-Mía, Meneredith ya está aquí - me avisa Cae y alzo la mirada. El jefe no tiene buena cara, se ve como cuando algo sale mal con la empresa, pero por una vez Mijaíl o yo, no somos los causantes.

Sanden, Brittany y el hombre que ahora reconozco de la foto comparten la misma cara, aunque ella tiene los ojos rojos y se ve como si quisiera salir corriendo.

-Nos vamos- nos informa el jefe y entrelaza nuestras manos dirigiéndonos a la salida antes de que podamos preguntar qué sucedió.

En ningún momento nos despedimos, Tayler y el resto de los guardaespaldas están listos cuando nos ven salir y regresamos a los vehículos, pero esta vez elijo subirme a las piernas de Cae y confiar en Meneredith.

Si esa mujer pudo con tres, entonces yo puedo con estos dos.

-¿Estás segura?- pregunta mi amor y sé que se refiere al hecho de que solo hay dos asientos y debo ir sobre sus piernas, pero cuando respondo no lo hago por eso, lo hago por ellos.

Le doy un beso y me inclino y hago lo mismo con Meneredith, el cinturón hace Click mientras Cae lo abrocha y el jefe se me queda viendo como si no pudiera creer que lo acabo de besar, es por eso que le doy otro para despertarlo de su confusión y me acomodo sobre Cae.

-Muy segura.