"No lo niego, quiero besarle, hasta las heridas".
✟El Solista✟
NARRADOR OMNISCIENTE.
—No puedo creer que le hayas dicho a Roseanne que eras mala en matemáticas, Kim Jisoo —soltó Doyeon con incredulidad, sentándose en la mesa de a cafetería, frente a Jennie.
—Y ella lo creyó, soy Kim Jisoo, me va increíble en matemáticas —alardeó—. Sólo que... no me molesta tener un poco de la atención de Roseanne Park.
—A nadie le molestaría —opinó Doyeon—. Es Rosé, es hermosa, una diosa caída del cielo. Y la cual parece que también tiene de familia al diablo, porque arde como ninguna.
—Hey, no digas esas cosas, Doyeon —le advirtió Jisoo.
—Hasta que por fin estás empezando a sacar las garras, que bueno que te diste cuenta de que no hay nadie como Rosé.
—Eso no es cierto, Doyeon. Es sólo que no la voy a querer dejar pasar, soy Jisoo, tengo que darme el lujo de estar con Rosé. O no, ella se tiene que dar el lujo de estar conmigo. Porque yo sí que soy un lujo —se llevó la botella de agua a los labios.
—Admite que te pusiste celosa de Hyerie. Hace rato está merodeando a Rosé como tiburón.
Jisoo se tensó, —Ni me lo recuerdes. Es una envidiosa.
—¿Por?
—¿Cómo que por? ella sabe que Rosé está detrás de mí, pero no pierde tiempo en lanzársele en cuanto tiene oportunidad.
—Pero vamos a ver, dijiste que no te gustaba.
—Y no me gusta.
<<Que lindo mientes>>.
—Jisoo, mírame a los ojos y dime que no te gusta Rosé —Doyeon tomó la barbilla de Jisoo e hizo que la mirara a los ojos—. No sabes mentir, amiga.
Por mientras aquellas dos hablaban, Jennie estaba muy lejos de esa conversación, recordando lo que había hablado con Lisa la noche anterior. Era como una película que se repetía en su cabeza, sin poder detenerla. Sus palabras, su cuerpo, su maldito olor que no sabía como le hacía, pero no podía dejar de pensar en ello.
Suspiró.
—¡Epa! —Jisoo no tardó en notarlo, haciendo que la castaña desperatara de sus pensamientos—. ¿En quién piensas Jennie?
—En nadie —se aclaró la garganta.
—Si, claro, y yo soy virgen —Doyeon rodó los ojos.
—Está pensando en Lisa, ni modo que piense en el baboso de Kai —dijo Doyeon con toda seguridad.
La boca se Jisoo se abrió, —No jodas, ¿pasó algo con ella?
Jennie pensó si decírselo o no, y creyó que a pesar de que estas eran sus amigas, lo de Lisa era algo muy privado. Y no traicionaría esa confianza que la pelinegra le brindó. Y respetó eso, así que no dijo más de lo que debería.
—No pasó nada del otro mundo. Ayer estaba en la cena con Kai —las chicas asintieron—. Y salí un rato, me cansé de estar sentada ahí, y a encontré fuera, era algo tarde; hablamos un rato y...
—¿Y?
—Y nada más, Jisoo. No pasó nada más —se cruzó de brazos por encima de la mesa—. ¿Qué puede pasar entre Lisa y yo?
Doyeon rascó su cabeza, con una clara idea, pero fue Jisoo la que habló.
—Lo más probable es que te tomé con fuerza, te empotré contra una mesa o en el baño de la iglesia o hasta en tu casa, con sus padres o los tuyos abajo para hacerlo todo más excitante. No lo sé, pero me da unas vibras de que si te folla, te dolerá al caminar.

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Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)
Lãng mạnJennie Kim era la famosa y muy recatada hija del pastor, claro, famosa por lo hermosa y recatada porque nadie se podía acercar con malas intenciones. Siempre ha sido muy cuidadosa y ordenada, tanto así, que sabe lo que quiere hacer en diez años a fu...