"Yo no te pido que me ames, sólo te pido que arranques esta soledad con tus besos y caricias".
JENNIE KIM.
Lisa empezó a trazar con sus manos por mis hombros, mis labios estaban entreabiertos y mis sentidos más desarrollados. Era una huella en mi piel.
Bajó mi vestido por la parte de atrás, y aquel cayó a mis pies, quedando en ropa interior para ella. Sus ojos vagaron por mi cuerpo, no lo cubrí, porque ya me había visto de otra manera; y con Lisa no siento la vergüenza, ella me admiraba. Y lo hacía sin juzgarme.
—Perfecta —tomó mi rostro entre sus manos—. Y mía.
Suspiré sobre sus labios cuando aquellas me besaron. Me colmaba de caricias, sus manos fueron a la parte de atrás par quitar mi sostén y dejarlo caer. Lisa se pegó más a mí y sentí su excitación, con cuidado me acostó en la cama, y se sacó la ropa, quedando sólo en boxers. Dejé escapar el aire.
Fue en busca de algo que puso en la mesita que había ahí, lo que supuse que eran preservativos.
Se inclinó hacia mí, y bajó sus besos por mi cuello, en un ritmo lento, mi cuerpo entró en un cosquilleó. Tomó mis pechos entre sus manos y los amasó, gemí en respuesta. Se sentía bien, y ella lo hacía con cuidado de no lastimarme, como si fuese de cristal, adentrándome al mundo.
Tomó uno entre sus labios y mordió con ligereza.
—Lisa...
Siguió ese camino de besos, hasta llegar a mis bragas, las bajó y depositó por ahí. Cerré mis ojos y me dejé caer acostada en la cama, abiertas de pierna, permitiéndole ver todo mi cuerpo. Aquella pasó sus dedos como si fuera pincel sobre lienzo.
Mirar y sentir a Lisa tratarme con esta delicadeza, era la prubea exacta de que no me había equivocado y esta era la persona correcta.
La tensión incrementó, y Lisa no perdió más tiempo.
Introdujo un dedo en mi interior, yo me arquee, recibiendo sus leves embestidas con estos. Cerré mis ojos y mordí mi labio inferior con algo de fuerza.
Se inclinó hacia mis labios.
—Te quiero, Jennie.
Te quiero, Lisa. Pensé, más sin embargo no se lo dije.
Pero sin duda la quería. Me había enamorado de Lisa.
****
Me moví sobre el pecho de alguien, sintiendo la desnudez. El mío estaba igual, tuve que pestañear varias veces para así poder volver a la realidad. Solte un pequeño quejido, ya que mi cuerpo estaba algo dolorido.
Subí la cabeza y ahí estaba Lisa, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Se veía muy cansada, así que no la desperté, me moví de a poco; pero parecía extrañar mi olor, se movió al momento de no sentirme. Busqué una almohada rápidamente e hice que la abrazara. Aun con una de las sábanas en mi cuerpo para cubrir mi desnudez.
El sólo recuerdo de la noche anterior, hace que mi cuerpo quiera más. Y me desconozco totalmente.
Lisa me hizo sentir querida, el como sus manos me abrazaban, me sentían. Era una calma en mi cuerpo inmediata, de eso se trata de no sentir miedo; y con ella no lo sentía. Me dejé caer en sus brazos como si fueran mi única salvación.
De sólo recordarlo, era lo suficientemente bueno para querer acostarme junto a ella y jamás moverme de su lado. El calor de su cuerpo me hipnotizaba. Eran emociones las cuales, creí que solo eran pasajeras. No sé porqué, pero esa sensación de que pronto acabaría; se esfumó.
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Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)
Любовные романыJennie Kim era la famosa y muy recatada hija del pastor, claro, famosa por lo hermosa y recatada porque nadie se podía acercar con malas intenciones. Siempre ha sido muy cuidadosa y ordenada, tanto así, que sabe lo que quiere hacer en diez años a fu...